“Sintecho”, un trabajo rentable

El ser un “sintecho” se ha convertido en una rentable profesión. Dirigentes inescrupulosos han amasado fortunas con la invasión de propiedades privadas y públicas, que lotean y comercializan como si fueran propietarios. La mayoría de ellos operan con la complicidad de políticos.

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Actualmente, solo en el departamento Central, el más poblado del país, se registran 312 ocupaciones, estas son propiedades privadas o publicas que fueron invadidas por bandas de “sintechos” y que actualmente están en proceso de legalización. ¿Qué significa esto?

Estas invasiones son legalizadas cuando los dirigentes, siempre con la ayuda de políticos locales, concejales en algunos casos, consiguen que el Estado les compre dichos terrenos a precios mucho más altos que los del mercado inmobiliario. Es que la sobrevaloración de los predios también forma parte del gran negociado de los asentamientos, aparte de la reventa irregular de los lotes.

La proliferación de estas invasiones en 16 de los 19 municipios del departamento Central, ha generado una serie de graves inconvenientes para toda la ciudadanía, principalmente en el aspecto de la seguridad, la salud publica y la educación. Estos lugares rápidamente se convierten en guaridas de maleantes de todo tipo, principalmente reducidores y distribuidores de drogas, quienes aprovechan la nula presencia policial, para operar con toda impunidad.

Mientras que la repentina presencia de cientos de personas, la mayoría niños y adolescentes en estas ciudades hace colapsar todos los servicios de los centros de salud y Hospitales Regionales, provistos únicamente para los tratamientos básicos.

La misma cosa ocurre con las escuelas y los colegios, con el agravante de que la moría de los niños de estos asentamientos son provenientes del interior del país. La gran mayoría no cuenta con cédulas de identidad y no traen consigo sus antecedentes académicos, hecho que genera una serie de contratiempos, que los docentes deben solucionar.

Otro problema generado por los sin techos es el colapso en la distribución de la energía eléctrica. Los invasores se enganchan directamente, sin medidor, al tendido de la ANDE, lo que genera sobrecargas y bajas tensiones, que afectan al resto de la población.

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