Una ciudad sin gobierno

Esto da un promedio de un asesinato cada tres días.

A diferencia de lo que era antes, las balas del hampa alcanzan a terceros. Un claro ejemplo es el del Dr. Sandro Arredondo, conocido médico de la capital del Amambay y docente de una universidad.

Lo mataron el pasado miércoles, pero este médico no era el objetivo, sino un piloto civil que ya había sufrido otro atentado hace cuatro años.

Por más paradójico que parezca, en el norte del país la mafia tenía un patrón y también códigos pero los perdieron y resulta que ahora también sufren los terceros.

Así pasaron los Fahd Yamil, los George Rafaat Toumani, los Jarvis Chimenes Pavão. Parece increíble decirlo, pero como había ausencia del Estado, estos patrones eran los que imponían el orden, entonces el ámbito de la criminalidad se reducía a la esfera de los que estaban implicados en el mundo de la mafia y la traición.

Una excepción a esta regla fue el caso del periodista Santiago Leguizamón, asesinado por denunciar el gobierno de la mafia y la ausencia del Estado.

Durante esta larga transición democrática la frontera siguió siendo gobernada por los patrones, hasta que estos fueron sacados de circulación, ya sea por el paso del tiempo, porque los mataron, o porque los metieron presos.

La frontera quedó acéfala y ahí empezó una encarnizada lucha por el poder que incluye a grupos criminales del Brasil, por ejemplo, el Primer Comando Da Capital.

El control de la ruta del narcotráfico o el tráfico de armas, son poderosas razones que mueven a los grupos criminales a librar una guerra que inclusive llega hasta Asunción.

Esto explica la impresionante cantidad de muertos en el primer trimestre de este año.

¿Cuál es la reacción del Ejecutivo y del Poder Judicial? Ninguna Y no es de ahora. Durante la dictadura ni siquiera se sabía y en la era democrática se optó por la pasividad.

Las autoridades se limitan a ver cómo ocurren los crímenes, cómo mueren las personas y abrir expedientes que pasarán a formar parte de las frías estadísticas.

Ni el 5 por ciento de los responsables de estos hechos son detenidos y mucho menos, las causas quedan claras..

Definitivamente, ningún juez, fiscal o policía va a intentar meterse ya sea porque pueden pagarlo con la vida o porque simplemente se someten al sistema de las coimas.

La ausencia del Estado propicia esta situación y lo mejor es mirar para otro lado.

En esencia, ningún Gobierno diseñó un plan para recuperar el control de Pedro Juan Caballero.

No se toma en cuenta el perfil de juez y del fiscal a la hora de destinarlos para ejercer sus funciones en esa ciudad, mientras que la Policía se dedica a rotar a sus jefes ante cada evento.

Si el gobierno no quiere que las frías estadísticas de muertes siga aumentando debería empezar a reconocer que perdió el control de esa ciudad, o que a su ámbito de acción se circunscribe a los actos administrativos.

Luego, con apoyo del Poder Judicial deberá implementar una política de seguridad que tendría que incentivar al personal más capacitado, traducido en la valentía y honestidad.

Es un trabajo que llevará tiempo y requerirá de mucha paciencia.

Es lamentable ver cómo criminales que no tienen lugar en Brasil manejan una ciudad paraguaya y que paraguayos se asocien a ellos.

Es condenable que las autoridades pedrojuaninas electas por sus conciudadanos, callen.

Resta ver si este gobierno decide tomar en serio este tema o siga siendo más de lo mismo.

ocaceres@abc.com.py