Los tatuajes y piercing no te convierten en delincuente

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“Vos ko sos un patotero luego por hacerte un tatuaje, jugás todo por tu cuerpo”, te dice la gente al ver que tenés algún grabado en la piel. En la sociedad existe la costumbre de pensar que por tatuarte algo, automáticamente, te convertís en un delincuente o andás por malos pasos. Lo mismo ocurre con las personas que tienen algún piercing, y son discriminadas por las perforaciones que lucen.

En las películas de Hollywood acostumbramos ver a personas cometiendo asaltos, traficando drogas o asesinando gente; estas poseen algo en común: tienen tatuado el cuerpo. Ya sea un pequeño dibujo en el cuello o un gran diseño en todo el brazo, siempre los “chicos malos” poseen algún grabado; esto conlleva a que la sociedad crea que este arte corporal es algo negativo.

Pero la culpa no es solo de los norteamericanos, sino también de varias iglesias, en las cuales rechazan a las personas que poseen tatuajes. Se basan en un método conservador y no aceptan que la gente se tatúe. Lo mismo pasa con los piercing. Los individuos que utilizan estos accesorios son mirados de una manera extraña en los lugares en los que hay seres humanos “normales”.

Hoy en día existe una gran cantidad de hombres y mujeres con perforaciones o tatuajes en muchas partes del cuerpo; de hecho, ya es normal para algunos. Pero otros siguen con la costumbre de creer que eso es malo, ya que consideran que los que poseen ese estilo son delincuentes reales o en potencia. Muchos piensan que las personas que tienen piercing o grabados son rebeldes, quieren llamar la atención y por eso “se juegan todo por su cuerpo”.

Normalmente, son los jóvenes quienes optan por estos elementos, pero también existen adultos que gustan de los grabados y las perforaciones en el cuerpo. Según un estudio realizado por la BBC de Londres, en el 2014, muchas personas son discriminadas por tener tatuajes o piercing; algunas perdieron el trabajo y otras no pudieron ascender. Las empresas argumentan que la imagen de esta gente no va acorde con la política organizacional o es poco profesional.

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Debemos acabar de una vez con la costumbre de creer que los grabados y las perforaciones son cosas del demonio. Cada quien es libre de crear su personalidad y, por eso, no está mal tener un par de tatuajes o algún piercing si así lo deseás.

Por Brian Cáceres Verón (17 años)