Atención al adulto mayor

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El adulto mayor debe recibir ciertas atenciones básicas para llevar una vida digna y feliz.

La licenciada Laura Kronawetter, psicóloga y psicogerontóloga, considera que debería darse, por sobre todo, atención biopsicosocial; es decir, el familiar mayor debería ser atendido en los tres aspectos: biológico, psicológico y social.

Afirma que “la sociedad actual no dispone todavía de una cultura de la vejez, lo que hace que en muchos contextos culturales el adulto mayor no sea bien valorado, y sea considerado como alguien que llega a su fin y no como alguien que tiene el mérito de haber recorrido un largo camino”.

La especialista manifiesta que la familia debe ser el eje de ese adulto mayor y recomienda que se mantenga apegado a sus objetos, afectos y actividades la mayor cantidad de tiempo posible y, cuando no, se trate de encontrar sustitutos derivativos.

La profesional sostiene que la queja más común que manifiestan es la soledad, el abandono, la pérdida de roles sociales y, que la dolencia más extendida en esta etapa de la vida es la presencia reiterada de duelos. También pérdida de autonomía y las pérdidas referidas a la jubilación, muerte del cónyuge y de seres queridos.

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“El adulto debe tener la capacidad de plantearse retos y perseverar en su consecución, aprovechando para ello las distintas oportunidades que se le presentan en su cotidianidad”, indica.

En cuanto al relacionamiento con los demás miembros de la familia, “el adulto mayor tiene la intención de trasmitir su experiencia con el propósito de ayudar, apoyar, evitar fracasos, recomendar lo más beneficioso y en muchas ocasiones aliviar el dolor. Para que su experiencia y buenas intenciones den el resultado deseado debe ser persuasivo, no invasivo, y sugerir en lugar de ordenar”, expone la Lic. Kronawetter.

Describe “que la vejez debería aceptarse y disfrutarse como cualquier otra etapa del desarrollo humano, sin negar su llegada ni pretender desempeñarse como en etapas anteriores. Algunos viven de forma independiente y realizan múltiples tareas sin depender de nadie. Otros requieren de ayuda para determinadas actividades”.

Por su parte, el doctor Enrique De Mestral, geriatra, habla de que la calidad del envejecimiento dependerá del estado de salud de cada individuo, de la motivación para la salud, el apoyo familiar, apoyo comunitario -lo que el contexto social promueva-, y los recursos disponibles. 

Advierte el doctor sobre la importancia de que el adulto mayor esté acompañado, evitando la soledad, ya que el mayor daño es estar desconectado de la familia, de los amigos, de los grupos. También es importante para quienes tengan dificultades para el desplazamiento, ya sea personal, o para utilizar trasporte público, caminar por las veredas en mal estado, etc. 

Recomienda el doctor De Mestral “cuidar el rendimiento intelectual: estimular el intelecto y memoria remota, por medio de crucigramas, lecturas, ajedrez, noticieros, entre otros”.

Además, “debería prestarse especial atención al estado psicoafectivo a través del desarrollo de la espiritualidad, la trascendencia, los vínculos familiares y amistades”. Sostiene el profesional “que el adulto mayor pueda aceptarse, perdonarse, hacer un balance de pérdidas y ganancias”. 

Resulta positivo “no dejar de lado las actividades sociales; para prevenir el aislamiento social porque es necesario que el adulto mayor realice actividades fuera del hogar; reír y no hablar de enfermedades es también algo provechoso. Establecer redes de contacto con familiares y amigos le permitirá contar con apoyo, contención emocional, sentido de pertenencia y le ayudará a no sentirse solo”, indica.

El doctor también recuerda “cuidar la postura y prestarle debida atención a los cuidados de la boca, visitar periódicamente al odontólogo, por ejemplo. Realizar la higiene bucal dos veces por día y retirar las prótesis durante el descanso nocturno”, culmina.

Ejercicio, sueño y consulta

Otro punto a tener en cuenta, afirma el geriatra De Mestral, es el ejercicio físico. Este es esencial para una vida saludable y ha demostrado ser efectivo para el mantenimiento de la capacidad funcional del adulto mayor. Es una de las medidas más importantes de autocuidado y otorga beneficios físicos y mentales. Debería realizarse dentro de las limitaciones de cada uno, a modo de no sentir fatiga; son aconsejables las caminatas, el baile, taichi, y la natación, y mejor aún en grupo, para favorecer el contacto social. Debería realizarse con una frecuencia mínima de tres veces a la semana. 

Para dormir en forma saludable, el galeno sugiere “cenar liviano dos horas antes de acostarse, evitar ver televisión cerca de la hora de dormir y tampoco mantener la tele encendida. Respetar las horas de sueño, dentro de un mismo horario acostarse y levantarse; evitar las siestas; y no consumir café, té, alcohol y gaseosas, sobre todo después de las 18:00”. 

Otra buena idea es “acudir a una consulta temprana cuando se presente cualquier alteración del estado general del adulto mayor, como fiebre, confusión mental y pérdida de orina. Otros llamados de atención son: tos con catarro, sangrado intestinal, dificultad para orinar, o dolores diversos”.