Bien seguros

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La seguridad del parto se inicia con un buen control prenatal, con profesionales competentes que trabajen con protocolos y en un entorno o lugar adecuado o habilitado.

La doctora Filippini de Frutos agrega que “el consumo de ácido fólico ya desde el periodo preconcepcional” es recomendado para favorecer al buen desarrollo del feto y evitar algunas malformaciones congénitas. “Lo más importante es mantener una alimentación saludable, que incluya frutas, verduras y fibras. El hierro según la evolución de los controles prenatales puede ser necesario. Vitaminas y calcio favorecen y contribuyen a la buena salud fetal y materna”, explica.

La doctora orienta sobre el momento cercano al parto y la consulta ante la aparición de los signos de alarma: “pérdida de líquido, pérdida de sangre, disminución de los movimientos fetales y contracciones rítmicas”.

En la admisión y durante el trabajo de parto serán evaluados los latidos fetales, la intensidad, duración y frecuencia de las contracciones, y los signos vitales maternos”.

También “se controla la progresión de la dilatación del cuello uterino, y la gestante se preparará para el parto. Durante el periodo de dilatación, ella puede caminar, hacer ejercicios con la pelota e inclusive ayudar a aliviar las molestias con duchas o baños de inmersión”.

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Así también, la ginecoobstetra refiere que “un buen control prenatal puede diagnosticar las situaciones en las que de antemano el parto vaginal podría ser contraindicado por poner en riesgo la salud fetal y materna”. “También en el desarrollo del trabajo de parto puede tomarse la decisión de realizar una cesárea con el objetivo de preservar el bienestar del feto y la madre”, agrega.

“El recién nacido vigoroso y la madre en excelentes condiciones para la lactancia son los objetivos del control del embarazo. Asistir a las consultas y llevar una vida saludable conducen al éxito”, finaliza.