Después del parto

El recién nacido demandará cuidados especiales, lactancia exclusiva y atención familiar y médica. La mamá experimentará cambios en su cuerpo y en las emociones. Junto al papá necesitarán apoyo pero también un tiempo prudencial para que se conozcan y se cuide el entorno de esa personita.

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El doctor Gustavo Brítez Arbués, especialista en ginecología y obstetricia, refiere que “el embarazo cambia el cuerpo de una mujer en más formas de las que se podría esperar y esto no se detiene cuando nace el bebé. Después del parto hay una secreción vaginal normal, los loquios. Es posible que aparezcan contracciones que se asemejan a los cólicos menstruales y ayudan a prevenir el sangrado excesivo. Las mamas también presentan cambios y podrían ponerse llenas, firmes y sensibles; se recomienda amamantar con frecuencia para evitar la congestión. La mayoría de las mujeres pierden cinco o seis kilogramos durante el parto, incluyendo el peso del bebé, la placenta y el líquido amniótico. Una dieta saludable y el ejercicio regular pueden ayudar a la recuperación gradual del peso previo al embarazo”.

En cuanto a las emociones, según explica el especialista, muchas madres experimentan tristeza o ansiedad, cambios de humor, episodios de llanto, y dificultad para dormir. Es importante compartir estos sentimientos con la pareja, seres queridos o amigos, además del médico, detalla el galeno.

El recién nacido necesita “cuidados al manejarlo: lavarse las manos antes de tenerlo en brazos, sostener debidamente su cabeza y cuello al alzarlo, nunca sacudirlo bruscamente. Dar de mamar todas las veces que el bebé lo desee. Los cambios de pañales y limpieza del área lo más rápido posible después de orinar o defecar (10 veces al día aproximadamente). La higiene ayuda a evitar la dermatitis del pañal, además se tendrá en cuenta el cuidado del cordón umbilical y las primeras vacunas. También se acudirá a controles médicos”, explica el ginecoobstetra.

Y es importante que lo diga un médico: “el mejor alimento para los recién nacidos es la leche materna, y deberá ser el único alimento del bebé durante los seis primeros meses de vida. No es necesario dar agua, tés u otras bebidas, salvo en los casos en los que el pediatra indique lo contrario.

Conviene iniciar la lactancia dentro de la primera hora de vida. Las ventajas de la lactancia son múltiples: la leche materna contiene todos los nutrientes y vitaminas que el bebé necesita durante los primeros meses de vida, es más fácil de digerir que la leche de fórmula, mejora el sistema inmunológico y reduce el riesgo de sufrir enfermedades respiratorias, alergias, y crea un vínculo afectivo único entre la madre y el bebé”, finaliza el profesional.

mirtha@abc.com.py

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