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Debemos concentrarnos en la mamá y su bebé para que, llegado el momento del parto, se tomen las precauciones que requieran. La doctora Fanny Corrales Ríos, vicepresidenta de la Sociedad Paraguaya de Ginecología y Obstetricia, dice que el control prenatal es necesario, para realizar un análisis de rutina de sangre a fin de evaluar el estado general de la paciente. “Se hace la prueba de glucosa, tiroides, infecciones virales y de transmisión sexual. Las ecografías, tan necesarias, se hacen una entre las 11 a 14 semanas para la pesquisa de alteraciones cromosómicas, como el síndrome de Down. Entre las 18 a 20 semanas, aproximadamente, se realiza otra, que es la morfológica, que evalúa la formación de órganos, y luego, dos más para controlar el crecimiento y bienestar fetal, placenta y líquido amniótico”.
La doctora Corrales Ríos señala que “los estudios placentarios consisten en muestra de vellosidades coriónicas desde las 12 semanas en caso de que exista riesgo de anomalías genéticas, en pacientes mayores de 35 años, con antecedente de un hijo o familiares con defecto al nacimiento”.
La facultativa indica que “entre las anomalías que pueden detectarse con la ecografía del primer trimestre esta el paladar hendido. En el segundo trimestre se verán malformaciones de órganos como cerebro, corazón, riñón, etc. También se evalúa la circulación materna, placentaria y fetal con el estudio del Doppler y el crecimiento fetal como una alteración en la cantidad del líquido amniótico”. Los actos médicos de medir la panza y altura uterina son para evaluar el crecimiento y desarrollo del embarazo, comprobar si el bebé esta adquiriendo buen peso cada mes, si no disminuye o aumenta la cantidad de líquido fuera de lo normal. Además, la toma de presión detecta la preeclampsia o estados hipertensivos en el embarazo que pueden aparecer desde muy temprano hasta después de tener el bebé. Otro aspecto a considerar es el peso, a fin de regular el exceso o déficit de nutrición y aumentos bruscos por edemas, que llevan a sospechar de una preeclampsia, según detalla la galena.
La doctora Annabella Filippini de Frutos, ginecoobstetra, por su parte, refuerza la idea de que lo mejor es “acudir al control prenatal, mantener un peso saludable, realizar actividad física supervisada y adecuada, practicar maniobras que fortalezcan el piso pélvico, así como conocer los periodos del trabajo de parto para evitar los miedos y ayudar a reconocer anormalidades”. “Es bueno consultar y leer sobre las intensidades del dolor que pueden presentarse en el trabajo de parto para mejorar la colaboración y la tolerancia a las contracciones, además de informarse en los controles prenatales acerca de las probabilidades de analgesia del trabajo de parto, de acuerdo al lugar donde planificamos tener al bebé”, concluye.
mirtha@abc.com.py