Más allá del amor

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Es importante asumir los cambios de la tercera edad y tratar de aprovechar las ventajas que otorga esta etapa. En la pareja no deberán estar ausentes los abrazos, los besos y las caricias para una sexualidad plena a lo largo de la vida.

El magister Ariel González Galeano, psicólogo clínico y sexólogo, afirma que la sexualidad es una dimensión que nos acompaña inclusive desde antes de nacer hasta el fin de nuestra vida. Por ello, en cada etapa evolutiva que atravesamos, existen expresiones conductuales características.

“El adulto mayor sigue conservando la potencialidad de comunicar, de dar y de sentir placer. Muy poco se habla de esta etapa evolutiva y la dimensión sexual, pero es también un aspecto que todos nosotros, como sociedad, deberíamos no solo admitir sino también poder conversar al respecto y, sobre todo, respetar esa dimensión en el adulto mayor”, agrega.

Al respecto, la doctora Teresa Ramos, ginecoobstetra, apunta que los temas del envejecimiento, la vejez y la sexualidad han adquirido mayor relevancia en las últimas décadas, pues antes eran temas tabú, alrededor de los cuales se tejían muchos mitos y creencias y eran tratados someramente. En cuanto a la calidad de vida, se debe tratar de dar el valor que se merece a la actividad sexual de las personas mayores.

La profesional añade que “el envejecimiento no afecta a todo el mundo del mismo modo. Así, por ejemplo, las mujeres suelen empezar a tener más problemas a partir de la menopausia, mientras que, en los hombres, las dificultades suelen aparecer a partir de los 60 años, con problemas de eyaculación. Sin embargo, cada persona es un mundo y, como tal, debe tratar su patología con el especialista”.

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El magíster González refiere que se escucha en consulta “¿se puede todavía tener sexo después de los 60 años? ¿Para qué nos vamos a preocupar si tiene o no tiene pareja el abuelo?, ya tuvo muchas en su juventud”. Con estas expresiones lo que se demuestra es mucho desconocimiento sobre la sexualidad humana y, sobre todo, la anulación de vida sexual que como sociedad decidimos por aquellas personas que muchas veces, quieren lo opuesto.

“Evidentemente, el tipo de contacto (poses, duración, sensaciones, etc.) serán diferentes en la adultez mayor, pero eso no significa que deje de existir. Por ejemplo, muchos mayores prefieren un abrazo o un beso (y sienten mucho placer con ello) a un contacto penetrativo. Como sea, cada persona terminará definiendo lo que más le gusta y lo que menos le gusta en cada faceta de su vida”, resalta.

Cambios corporales

La doctora Ramos indica que “para disfrutar de una sexualidad plena es preciso reconocer y adaptarse a los cambios físicos que se producen en el organismo con la edad, como por ejemplo, en la mujer finaliza la capacidad reproductiva y se generan cambios en la figura corporal y en la distribución de la grasa”.

En tanto, en el hombre se produce “la disminución gradual del nivel de testosterona, los testículos se hacen más pequeños y fláccidos, hay una menor producción de espermatozoides, reducción de la viscosidad y volumen del líquido seminal, disminución de la fuerza eyaculatoria, aumento del tamaño de la glándula prostática. El orgasmo pierde calidad fisiológica, pero gana a nivel psicológico”.