Hace 12 años, Jorge Giménez Rojas aceptó una propuesta algo arriesgada. El conocido conductor Rubén Rodríguez le ofreció acompañarlo a recorrer Europa por cinco días para hacer imágenes de su gira. Pidió permiso en el canal en el que trabajaba en ese momento, pero no le autorizaron el viaje. Como no quería perder la oportunidad por nada del mundo, decidió hacer algo radical: renunciar.
Nadie pudo creer el camino que estaba tomando. Dejó un trabajo estable por encaminarse a Madrid. España, a una aventura en la que no sabía qué le esperaba, pero hoy, puede decir con orgullo que todo valió la pena.
Eso sí, afirma que si hoy le preguntan si volvería a hacer lo que hizo hace más de una década, no sabe si tendría la valentía de volver a hacerlo.
Jorge tiene 38 años y está casado con la también compatriota Claudia Silva. Los dos hijos que tiene el matrimonio, Jorge de 10 y Julieta de 4, nacieron en España.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
En Paraguay trabajó en dos canales, pero en su mente siempre estuvo la idea de migrar. Hubo varias propuestas, pero las cosas nunca se daban, hasta que surgió la propuesta de ir a Europa, y la tomó sin dudar, con todos los riesgos que la decisión implicaba.
“No tenía en mente nada, lo digo de verdad. Era tener un trabajo como camarógrafo con Rubén en Europa, para mi currículum. Tenía 26 años y quería crecer más. Desde los 17 que estaba en los medios”, recuerda Jorge.
¿No te dio miedo renunciar sin saber qué pasaría?
-Claro que sí, y todo el mundo se sorprendió. Hasta el mismo Rubén (Rodríguez) me dijo: ¿Vas a renunciar por cinco días? Le respondí: “Después voy a buscar un trabajo”
¿Cómo fue para que te quedaras?
-Simplemente cuando pasaron los cinco días, me decidí y me quedé en Madrid, pensando ya en la meta de llegar a la televisión. Rubén me dejó el billete, tenía tres meses para volver si así lo quería. Estuve dos meses trabajando con la misma discoteca que nos trajo. Laburé de lo que había, haciendo fotos, como barman, de todo. El productor que le trajo a Rubén me hospedó en su casa por dos meses hasta que me estabilicé.
¿Posteriormente trajiste a tu esposa?
-Sí, afortunadamente mi señora ya pudo venir al mes y medio vino y tuvimos que empezar a buscarnos la vida.
El tema de los papeles trae problemas a muchos compatriotas. ¿Cómo hiciste para legalizarte?
-Demoré tres años en acceder a los papeles. No tuve ningún beneficio por ser de los medios. Aunque, la verdad es que fui bastante bendecido, en comparación con las duras historias que yo mismo suelo escuchar en las entrevistas que hago para mi programa, El diario del inmigrante.
Como lo mencionó en el anterior segmento, Jorge es realizador del programa Diario del inmigrante, que se emite en nuestro país por un canal de cable.
Bueno, realizador es la palabra más adecuada que se puede utilizar, ya que él hace las imágenes, las entrevistas, es el comunity manager de la página; en síntesis, lo hace todo solo.
Fue bastante complicado dar a conocer el proyecto televisivo que se le había ocurrido en Paraguay. Cuando vino a ofrecerlo en el año 2012, en los canales no le hicieron mucho caso. Pero luego lo logró difundir y tuvo tanto éxito que ya fue transmitido en cuatro canales de nuestro país. Ver desde tierra guaraní a paraguayos que están en distintos rincones de Europa añorando el terruño, fue una fórmula de rotundo éxito, si bien no económico, sí mediático, asegura.
¿Cómo surgió la idea de Diario del inmigrante?
-Unos años después, cuando ya estaba trabajando estable en la televisión española, en el año 2012, se me ocurrió lo de El Diario del Inmigrante. Me hice de equipos, coche propio y ya podía salir a grabar los fines de semana. La idea era hacer un documental real de cómo viven los paraguayos por Madrid, en principio. Luego ya pude recorrer toda España, luego toda Europa e incluso ya fui a EE.UU.
No me dieron mucha pelota al principio, y después conseguí un espacio en Unicanal, y así fue pasando el programa hacia otros canales, como Paraguay TV, Latele y Lobo Station. Yo hago todo el programa solo, y la edición me la hacen en Paraguay.
¿Cómo conseguiste trabajo en los medios españoles? ¿Te costó mucho lograr eso?
-A los 8 meses de estar aquí, pasé enfrente a una productora, toqué la puerta y pregunté cómo podía hacer para trabajar ahí. Me llamaron y empecé a trabajar. Sin papeles, en la televisión. Ellos sabían que no tenía documentación, iba a ruedas de prensas al Palacio de la Moncloa donde hablaba el Presidente, estaba entre policías en el Congreso. Soy consciente de que fui bastante bendecido, en comparación con otros paraguayos que la pasaron muy mal al venir.
¿A qué creés que se debió esa buena estrella?
-La realidad es que al llevar una cámara profesional, ningún policía se ponía a pensar que era ilegal. A pesar de que cuando me pedían mi acreditación, yo les daba mi pasaporte, pero igual, ninguna pregunta. Siempre estaba ahí, con el Jesús en la boca evidentemente, pero estaba.
¿Alguien te ayuda con el trabajo?
-No. Soy mi productor, mi CM, el que hace las entrevistas,todo. Lamentablemente, en estos cuatro años, el programa no ha representado un rédito económico. Al contrario, he puesto dinero.
¿Cómo lográs encontrar a los compatriotas en diferentes partes de Europa?
Los encuentros con paraguayos se gestionan a través de la página. Las personas escriben y nos cuentan donde hay compatriotas en distintos puntos y yo organizo las visitas.
Mencionaste que el programa no te da réditos económicos. ¿Cómo te sustentás?
-A través de auspiciantes, y autogestionándome. Siempre busqué financiación del gobierno, pero nunca le dieron importancia. Lo que logré fue un decreto de interés nacional, y otro de interés municipal. Hay ciertos anunciantes, las miniempresas de los paraguayos, carnicerías, bares, agencias de viajes, servicios de paquetería. Siempre hay compatriotas que nos apoyan.
¿Viviste alguna injusticia a nivel laboral por ser paraguayo?
-Nunca me pagaron menos por ser paraguayo o por ser ilegal. Eso tengo que reconocerlo.
A estas alturas, ¿podés decir que progresaste económicamente en España?
-Progresé bastante, pero no soy millonario. Ando luchando siempre.
Jorge trabaja para la empresa Media Pro, que tiene contrato con la televisión española. Según nos contó, la profesión en España es más respetada, tanto salarialmente como a nivel horarios.
Al hacer todo el programa solo, te convertiste también en periodista en la práctica.
-Sí, tuve que hacer un poco de periodismo. Siempre me interesó la profesión de hecho, me gusta todo lo que tenga que ver con la comunicación. Yo no hago este trabajo solo porque tengo que cobrar a final de mes. La pasión también cuenta.
Los materiales son bastante auténticos. La gente se conmueve en las notas. ¿Cómo lo lográs?
-Pregunto sobre lo que veo, si la persona está cocinando, qué le gusta. Yo sé lo que esa persona sufre al estar lejos de su tierra, yo le pregunto lo que yo mismo siento. Sé lo que es el techaga’u, por eso se logra Diario del Inmigrante.
¿Pensás volver a Paraguay en un futuro?
-Cuando volví a Paraguay por un año en el 2012, la idea era quedarme, y la verdad es que no me adapté en los 11 meses que estuve.
El tema de la salud y la educación, el tema económico es lo que me impide vivir en Paraguay ahora mismo, aunque sea triste decirlo. Por supuesto que siempre tengo en la cabeza, cuando sea mayor, quizá, volver a mi tierra.
