“Si querés salir con un salsero, tenés que tener ciertas cualidades: te tiene que gustar salir, te tiene que gustar bailar, no tenés que ser tímida, y no tenés que ser celosa”, me dice un muchacho alegremente antes de volver corriendo a la pista de baile y comenzar a moverse al son de la salsa acompañado de una señorita, ante la atenta mirada de su novia, que está tomando una copa de vino en una de las mesas. No se ve celosa, al contrario, parece disfrutar bastante de la música.
Sigo mirando atentamente la destreza coreográfica de los cuerpos moviéndose al ritmo de la salsa. Evidentemente, no es necesario tener cierto requisito físico para aprender este ritmo. En la pista observo gente de todos los talles, edades y colores, compartiendo una sola cosa en común: la alegría.
Pocos minutos después, me sorprende la voz de Bruno, uno de los bailarines que me invita a la pista. Bueno, invitar es un decir, a pesar de mi timidez y negativa, no me deja opción, y cuando me doy cuenta, estoy en la pista protagonizando un triste espectáculo de aprendizaje nivel inicial.
Uno… dos… uno… dos… vuelta, ¡No tan rápido! Atrás, adelante, y otra vez…
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Trato de seguir el ritmo con dignidad hasta que mis zapatos de taco alto, enemigos de toda la vida, me traicionan, y estoy a un segundo de terminar con toda mi vergüenza al piso, si no fuera por mi ágil compañero, que me sostiene y estabiliza.
En la mesa, todos los que anteriormente estaban danzando toman un descanso. Contrariamente a lo que yo pensaba, nadie se burla.
Al contrario, me invitan a una de las mesas y me reciben como si fuera parte del grupo desde siempre. Solo pasan unos minutos para que me sienta integrada. En la movida salsera, todos son bienvenidos. Solo son necesarias muchas ganas de divertirse.
Bruno Güemes, profesor de salsa, nos cuenta que la movida salsera tiene más de una década de existencia en Paraguay. “Entre los maestros más destacados tenemos al profesor de origen charrúa y ya fallecido Juan Pomi, a Daniel Pascuali y a las orquestas nacionales con Riolo Alvarenga y la Conexión Latina. Posteriormente vinieron grupos como Salsa Factory, Alvarenga Family y La Pimentada entre otros. En cuanto al baile, se destacan profesores como Iván Lafuente, Ricardo Huespe, Jorge Fariña, el cubano Fidel Peñalver y Marisol Moreno”.
¿Cuántas personas integran actualmente academias, elencos de baile?
-En mi academia puedo decirte que tenemos una cantidad de alumnos fijos en torno a 150 y alumnos rotativos alrededor de 300. A nuestras fiestas asiste un promedio de 200 hasta 900 personas. En otras escuelas manejan entre 15 y 400 alumnos.
La cosa cambia cuando hacemos actividades en el exterior, cuando vamos a las plazas y parques, en un trabajo conjunto con la dirección de cultura y turismo. Hemos llegado a presenciar la magia de tener casi 500 personas comunes y corrientes, bailando. De todos modos, la salsa sigue siendo incipiente.
Para quienes quieran sumarse, ¿el ambiente es abierto?
-Cada academia tiene su estilo, algunas son más abiertas que otras. Los grupos salseros son alegres, casi la totalidad de la gente sólo quiere divertirse y todo el mundo es bienvenido.
Es un estilo divertido pero también desafiante. ¿Es complicado aprender a bailar?
- Complicado no, uno se va complicando según avanza y le apetece complicarse, es decir, especializarse y avanzar más en la danza. Pero aprender es fácil, si no, no seríamos tantos.
¿Necesariamente los movimientos deben tener un toque de sensualidad?
-La salsa puede ser sensual o no serla. Esto es importante para los celosos y celosas, porque no siempre deben haber movimientos sugerentes. La salsa, sobre todo, es divertida.
¿Sirve como terapia para aliviar el estrés, depresión y otros problemas?
-¡Es una gran terapia! Tengo alumnos que me dicen “Profe, yo vivía deprimido, quise probar el baile y ahora he vuelto a tener una buena autoestima. Me siento feliz y con muchos amigos nuevos”.
Para bailar salsa, ¿hace falta haber aprendido algo básico antes o puede entrar a practicar cualquier persona sin experiencia?
-Cualquier persona, de cualquier edad, de cualquier creencia, de cualquier forma física y tamaño, puede bailar este estilo. Muchos nos dicen: “¿Hay nivel bajo cero? Mira que soy de palo”. Todos nacimos sin saber bailar y todos aprendemos. No tengan miedo.
Si quiero estudiar salsa en Paraguay. ¿A dónde me puedo acercar?
-En nuestro caso estamos en la Casa Argentina, Mariscal López casi Brasil.
Pueden buscarnos en Facebook, Instagram o twitter como Xpyrience Dance, y llamar a los teléfonos (0983) 933-986 y (0985) 113-326. También damos clases particulares.
¿Cuánto dinero me cuesta estudiar?
-Hay muchas ofertas y la primera clase siempre es gratis. Además, hay promociones mensuales. Todas las escuelas varían sus precios en función de sus ofertas. Pueden encontrar clases desde G. 20.000 por hora a G. 150.000 un full pass, un precio que incluye 60 horas al mes.
Bueno, ya tenés la información fundamental, ahora lo que necesitás es animarte a asistir a la primera clase y llevar muchas ganas de pasarla bien. La timidez se pierde por el camino. Y de eso puedo dar fe…
