Inseguridad y defensa propia

El marcado aumento de la delincuencia en Asunción y el área metropolitana en los últimos años empuja a más ciudadanos a emplear recursos propios para cuidarse, lo que pone en el ojo de la tormenta a la Justicia, ante la ausencia del Estado.

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Isidro Benítez (56) estaba terminando una jornada laboral más en su joyería ubicada en Lambaré, el pasado 8 de febrero, cuando antes de poder entender lo que sucedía, sintió como un proyectil le marcaba un surco en el rostro mientras su brazo derecho recibía dos balazos cuando intentaba protegerse de forma instintiva.

Era un intento de asalto perpetrado por dos sujetos que de entrada actuaron con suma violencia, incluso contra la esposa del joyero, a quien golpearon con la culata de una pistola pese a que no opuso resistencia alguna.

Al ver en peligro su vida y la de su mujer, Benítez tomó su arma de fuego, y respondió a la agresión de los marginales. Persiguió en moto por unas cuadras a los asaltantes que también iban en un biciclo, logró eliminar a uno de ellos y herir al otro.

El hecho fue ampliamente comentado en las redes sociales con muestras de apoyo al joyero, quien se convirtió en una especie de "héroe" para algunos y reabrió el debate sobre la sensación de inseguridad y la justicia por mano propia.

Los asaltos y robos siguen en línea ascendente sobre todo en el departamento Central. Los delitos contra la propiedad en los años 2010 y 2015 aumentaron en 19,3 % según el estudio denominado “Crimen, prisión e inseguridad”, presentado por el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales del Paraguay (Inecip).

Las estadísticas policiales del 2016 muestran que la tendencia continúa en aumento, explica el Dr. Juan Martens, investigador y especialista en criminología del Inecip, quien resalta que también los homicidios se han incrementado en Central y Asunción, poco más del 13 por ciento entre el 2014 y el 2015.

“La violencia es cada vez es más fuerte. Asunción y Central son las zonas de mayor densidad poblacional. Viene gente de todas partes, por la migración interna”, advierte el especialista, ya que la mayoría migra del campo y al no encontrar una salida laboral, recurre al delito.

Legítima defensa

El artículo 15 de la Constitución Nacional establece que “nadie podrá hacerse justicia por sí mismo ni reclamar sus derechos con violencia. Pero, se garantiza la legítima defensa”. Bajo esta premisa se rigen todas las leyes pero cada crimen es un universo completamente diferente.

Martens afirma que el ciudadano se siente indefenso y por ello reacciona, pero en el intento desesperado de proteger intereses, su propia vida, ese ciudadano evidentemente puede recurrir una respuesta desproporcionada o a la legítima defensa.

“Una persona tiene el derecho de repeler toda agresión”, refiere pero hace hincapié en que hay que ser responsables, ya que estos permisos legales exigen determinados requisitos para que su aplicación sea válida.

En diciembre pasado, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley que pretende flexibilizar la figura de la legítima defensa. El texto se debe tratar a partir de marzo en la Cámara de Senadores.

El especialista en criminología opta por mantener el código tal y como está, ya que teme que una regulación pueda verse ir contra del ciudadano víctima de un hecho punible. “Más que flexibilizar, lo que necesitamos es que los operadores de justicia, jueces y fiscales, apliquen la ley en cuanto al contexto en que ocurrió el hecho”.

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