Las estadísticas a nivel mundial indican que entre un diez y quince por ciento de los niños padecen alguna afección neurológica. Numerosas son las patologías en esta área, pero las comunes en nuestro país suelen ser la discapacidad intelectual, el trastorno del desarrollo del lenguaje, el trastorno espectro autista y algunos trastornos motrices como la parálisis cerebral severa, explica el doctor Marcos Casartelli, jefe del departamento de Neurología del Hospital Pediátrico Acosta Ñu.
Usualmente estos trastornos del desarrollo no se suelen visualizar y pasan desapercibidos durante los primeros meses o incluso luego del año de vida. Hay también una etapa de negación de los padres, porque nadie quiere que su hijo o hija tenga un problema, explica el médico. Sin embargo, es muy importante darse cuenta del problema porque eso permitirá una intervención adecuada a través de terapias específicas que actúan sobre el cerebro y permiten cambiar el curso de las patologías.
“En este momento no existe ningún tipo de tratamiento específico para cada uno de estos trastornos, entonces lo que se preconiza y esta aceptado a nivel mundial, es una intervención terapéutica. La intervención general se llama estimulación temprana”, señala el médico. La terapia ocupacional, la fonoaudiología, la psicología, son algunas de las terapias que se pueden aplicar en los trastornos neurológicos de los niños.
Cuando un niño o niña no cumple con los tópicos de desarrollo según la edad, se debe prestar atención y consultar. “Si un niño no habla a los dos años y medio hay que consultar, si un niño no camina a los 15 o 16 meses hay que consultar, si un niño tiene problemas en el colegio de manera precoz hay que consultar, porque podemos darle salida y podemos darles una intervención que puede beneficiar al niño y a toda la familia”, enfatiza el médico.
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Las afectaciones y el grado en que se desarrollan varían también según la edad. Ya cuando el niño tiene 5,6 o 7 años, los trastornos de aprendizaje suelen ser comunes. Se estima que un 20 por ciento de los niños en edad escolar padecen algún trastorno del aprendizaje y aunque los docentes tienden a informar a los padres cuando notan problemas, es importante estar atentos desde la casa. A modo de ejemplo, Casartelli señala que como cualquier adulto quiere tener éxito en su vida, los niños esperan cumplir con los requerimientos de la escuela. “Ningún chico quiere fallar en la escuela”, asegura.
“Son trastornos generales como la discapacidad intelectual o problemas de atención e hiperactividad, pero también pueden ser trastornos específicos como la dislexia entre otros”, describe el médico.
El tratamiento de los trastornos neurológicos puede tener un gran impacto económico en la familia, porque no está garantizada una protección a nivel público para este tipo de patologías. Si bien los niños pueden no necesitar consultas frecuentes, hay casos en los que necesitan medicación regular o el acceso a terapias por periodos prolongados y sostenidos y eso tiene su costo, dice el doctor. Por eso, señala, es muy importante que desde la Salud Pública se impulse un sistema de atención a estas patologías.
“Hay que entender que se debe de crear un sistema alrededor para poder dar salida, te hablo del punto de vista de nivel público, se pueden hacer equipos psicopedagógicos desde el Ministerio, se pueden crear aulas de educación especial, que es muy diferente a -esto quiero que quede muy claro-, una educación especial no necesariamente significa separar a los niños con dificultades de los niños normales- a lo que me estoy refiriendo implica intervención especial para que los niños puedan superar estas diferencias con sus compañeros de clases”, señala el galeno acerca.