Jorge, un padre que rompe esquemas

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Pocos imaginarán ver en medio del imponente coro de la Schola Cantorum a un niño al lado de su padre. Esta es la historia de Jorge, un cantor que decidió sobreponerse al dolor, romper esquemas y enseñarle a su hijo que lo más importante es el amor.

Numerosas son las historias que se escuchan a diario sobre padres que abandonan a sus hijos, o, en el mejor de los casos, no los acompañan como deberían.

Por otra parte, sobran las historias de madres abnegadas que dan todo por sus pequeños, cumpliendo incluso mucho más allá del rol que les corresponde.

Pero, en medio de estos dos paradigmas ya comunes, hay simples seres humanos que, sin guiarse por los esquemas de roles o género, hacen todo lo que esté a su alcance por brindar amor a esos seres inocentes e indefensos que no nos pidieron venir al mundo, pero que dependen totalmente de nosotros.

Un ejemplo de esta actitud lo tiene Jorge Galeano, un padre de 45 años, cantante profesional de la Schola Cantorum, el coro de la Arquidiócesis de Asunción, quien esta semana nos dio la oportunidad de conocer una noble historia de amor hacia su único hijo, en quien, pese a las numerosas dificultades que le tocó vivir, desborda todo su amor. 

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Afortunado, pese a todo

A Jorge Ángel Gabriel, de 10 años, le tocó vivir una realidad bastante común: ser hijo de padres separados. Pero, lejos de sufrir las carencias afectivas y secuelas sicológicas que son usuales en estos casos, fue muy afortunado, pues sus padres supieron cómo seguir siendo justamente eso: “papás”, cubriéndolo de afecto y atenciones sin importar que entre ellos ya no existiera vínculo.

Conocimos su historia en la misa especial realizada en la Catedral Metropolitana de Asunción, el día del Padre. Llamó nuestra atención ver al niño de 10 años junto a su padre, en silencio, respetando solemnemente el momento en el que este desplegaba su talento en el coro. Así, ambos festejaban el día del Padre juntos, y de una forma bastante particular.  

Tras sus pasos, también aprende a cantar

“Le gusta el canto y siempre se interesa mucho en lo que hago. Cuando las ocasiones en las que debo cantar coinciden con los días en que debo verlo, me dice él mismo ‘’ yo voy a estar a tu lado, papá’. No es una obligación para él, le gusta la música y acompañarme”, cuenta orgulloso Jorge.

“Me pregunta si voy a cantar solo, y como a veces en el coro me dan la oportunidad de decir los salmos. Cuando vino el papa Francisco tuve la oportunidad de cantar como solista apenas terminó la homilía del Santo Padre. Eso él lo admiró mucho”.

A fuerza de acompañar a su padre, Jorge Ángel Gabriel fue adquiriendo la pasión por la música y comienza a mostrar un poco de talento.

Ángel acompaña a su padre desde el 2013. Entonces tenía 6 años. Por fortuna, los miembros del coro nunca le hicieron ningún problema porque el niño esté presente al lado de su padre, como un integrante más.

No hay límites cuando se sueña

Además de la música, Jorge es cantor. Recién hace unos pocos años descubrió la vena artística que tenía y se fue involucrando en la música, así como en el teatro. Además de la carrera de Contabilidad, ahora decidió estudiar Derecho.

Como cantante profesional, canta en cinco parroquias semanales. Cuenta que la música le gustó desde joven, pero nunca pudo tomársela tan en serio como ahora. Además de formar parte de la Schola Cantorum, muchas personas lo contratan para cantar en eventos particulares, convirtiendo así la música en su medio de vida. Así, Jorge, además de ser un padre ejemplar, es la prueba viviente de que nunca es tarde para realizar los sueños, por más lejanos que estos parezcan.

Así, a pesar del trabajo, aunque quizá las cosas no salieron como él se lo esperaba en el ámbito familiar, Jorge se sobrepone a la vida, toma de la mano a su unigénito, y le enseña a afrontar el porvenir con optimismo.