La música en los Óscar

"Nace una estrella", la cuarta “remake” del clásico del mismo nombre estrenado originalmente en 1937, es sin duda el musical del año, llenando un hueco que al menos un filme ocupa cada temporada fílmica.

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El debut como director del actor Bradley Cooper, que comparte pantalla con la cantante pop Lady Gaga en una historia de romance, ascensos y caídas en la vida y el mundo del espectáculo, tras auspiciosos pasos por festivales como los de Venecia y Toronto, ya es una de las claras favoritas a dominar la temporada de premiaciones, y si bien sus chances en las categorías “principales” de los premios Óscar – que son, después de todo, los premios “principales” del cine en Hollywood – aún son desconocidas, ya que aún carecemos de claros favoritos, hay un galardón que parece destinado al filme: Mejor Canción Original.

Con la falta de alguna otra película musical de alto perfil en lo que va del año – aunque la secuela de Mary Poppins de Disney podría ser candidata por alguna de sus canciones originales – es muy probable que Bradley Cooper y Lady Gaga acaben llevándose el premio, y los antecedentes de esa muy peculiar categoría les son alentadores.

Habitualmente, si hay un filme musical o al menos de temática musical en competencia, acaba llevándose el premio. En 2003 ese fue el caso con el drama sobre hip hop 8 Mile, que se llevó el Óscar por la canción Lose Yourself, interpretada por Eminem. 8 Mile venció por sobre el más tradicional musical Chicago (que acabaría ganando Mejor Película ese año) y aclamados filmes como Frida y Pandillas de Nueva York, que presentó un tema escrito y cantado por U2.

Otro filme sobre rap, Hustle & Flow, ganó la categoría en 2006 por el tema It's Hard Out There for a Pimp, cantado en el filme por Terrence Howard y Taraji P. Henson, que enfrentó una competencia más bien discreta ese año.

En 2008 el romance musical Once ganó el Óscar por su tema Falling Slowly, ante otros dos musicales: el drama August Rush y el filme de fantasía de Disney Encantada, que acaparó tres de las cinco nominaciones ese año.

Slumdog Millionaire, que no era precisamente un musical pero presentaba fuertes influencias del cine indio de Bollywood hasta el punto que el director Danny Boyle incluyó un par de numeros musicales, se llevó premio en 2009 por el tema Jai Ho, en un año en que solo competía con el filme de Disney y Pixar WALL-E, que no era un musical.

Crazy Heart, un filme sobre un avejentado cantautor de música country – probablemente el filme más superficialmente parecido a la nueva versión de Nace una estrella en los últimos años de los Óscar – ganó al año siguiente por la canción The Weary Kind, batiendo al musical de Rob Marshall Nine y a la película animada de Disney La Princesa y el Sapo.

Desde entonces, los filmes sobre música tuvieron un período sin el Óscar hasta 2017, cuando el musical La La Land de Damien Chazelle se llevó el premio por su tema City of Stars; dos filmes animados también estaban en competencia ese año, Moana de Disney y Trolls de DreamWorks.

En la mayoría de los otros años de esta última dos década, Disney y Pixar estuvieron presentes para tomar el oro.

En la anterior, a pesar de varias nominaciones, la casa de Walt Disney solo ganó en 2002 cuando el premio fue para Monsters Inc., de Pixar, por el tema de Randy Newman If I Didn't Have You, que venció a filmes de altísimo perfil pero variada recepción crítica como El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo, Pearl Harbor y Vanilla Sky.

Pero desde 2011 apostar por Disney se volvió mucho más seguro. Ese año Toy Story 3 se llevó el premio por otro tema de Randy Newman, We Belong Together, que entre sus competidoras tenía a otra producción de Disney, Enredados.

En 2012 Los Muppets, el regreso al cine de los entrañables personajes creados por Jim Henson, se llevó el galardón por Man or Muppet, en un año en que solo otro tema, uno del filme animado Río, estaba nominado.

En 2014, luego de haberse convertido en la película animada más taquillera de todos los tiempos, Frozen se llevó el premio por la mundialmente popular canción Let It Go, cantada por Idina Menzel; uno de los temas que le hacía la competencia ese año era una de las canciones más escuchadas del año anterior, Happy de Pharrell Williams, que estaba en la banda sonora de Mi Villano Favorito 2.

Y finalmente en la ceremonia de este año Coco, el musical mexicano de Pixar, se llevó el premio por la canción Remember Me, que se impuso al musical “live-action” El Gran Showman (que competía con una popular canción compuesta por los encargados de la música de La La Land).

En los años en que ni un musical ni una película de Disney ganaron, hubo espacio para triunfos de menor perfil, grandes “blockbusters” o incluso documentales.

En 2004, El Señor de los Anillos: El Regreso del Rey se llevó cada uno de los 11 premios a los que estaba nominado, incluyendo del de mejor canción por Into the West, cantada por Annie Lenox.

En 2005, el cantautor uruguayo Jorge Drexler se llevó la estatuilla por el tema Al otro lado del río, que formaba parte de la banda sonora del filme Diarios de Motocicleta, sobre un viaje de un jóven Che Guevara por Latinoamérica. Venció por sobre un tema de la adaptación al cine de la legendaria puesta de Broadway El Fantasma de la Ópera.

En 2007 el sorprendentemente taquillero documental ambiental Una verdad incómoda se hizo con el premio por la canción I Need To Wake Up, venciendo al filme de Pixar Cars y al musical Dreamgirls, que había acaparado tres nominaciones en la categoría.

Los dos últimos filmes de la saga de acción sobre el espía James Bond, que se ha caracterizado por sus esplendorosas secuencias musicales de introducción, se han llevado el premio: en 2013 Skyfall, por el tema del mismo nombre de Adele, y en 2016 Spectre, por el tema Writing's On The Wall de Sam Smith.

Y en 2015 el drama histórico y racial Selma, de Ava DuVernay, se llevó el galardón por Glory, de Common y John Legend.

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