La siempre amenazante fiebre amarilla

Un mal considerado endémico en zonas subtropicales. Pese a la importancia de contar con una vacuna que prevenga la fiebre amarilla, el hecho de que el aedes aegipty sea el portador, hace que sea una de las razones por la cual la limpieza es primordial.

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Como enfermedad hermana del dengue, el zika y la chikunguña, la fiebre amarilla cuenta con una mortalidad del 50%. Su nombre proviene de los síntomas de ictericia o coloración amarillenta de los ojos que se da en los pacientes que tienen los cuadros más graves.

Su presentación, por lo general, es bastante variada, pudiendo ir desde un simple cuadro febril leve, hasta un caso grave de índole hemorrágico y hepático.

Si bien es una gran noticia saber que existe una vacuna para prevenir este mal, hay que tener en cuenta que estamos hablando de una dolencia que no tiene cura, por lo que si uno no se encuentra inmunizado y la adquiere, ya solo puede ser tratado de manera sintomática, osea, con un énfasis en la reducción de los síntomas, pero no en la desaparición de la enfermedad.

Hace exactamente 10 años, en el 2008, Paraguay llegó a experimentar una importante epidemia de fiebre amarilla, lo cual desató que los ciudadanos acudan en masa a los centros de salud de todo el país con el objetivo de poder inmunizarse con las vacunas que se ofrecían de manera gratuita.

Si bien esta oleada de vacunaciones logró que la enfermedad logre ser detenida durante un largo periodo de tiempo, lo cierto es que países vecinos como Brasil, hoy se encuentran siendo afectados por ella, por lo que nuevamente se encendieron las alarmas desde el Ministerio de Salud con el objetivo de frenar un eventual ingreso.

Desde la cartera sanitaria estatal, comunican que todos aquellos que se encuentran planeando viajes al Brasil, por más que ya haya pasado el periodo de vacaciones, deben vacunarse como mínimo 10 días antes de partir, siendo el carnet internacional de vacunación obligatorio para ingresar al país vecino. Durante los últimos dos años, de enero del 2016 a diciembre del 2017, siete países de América Latina han confirmado casos de la enfermedad, entre los cuales además figura otro cercano nuestro: Bolivia.

En el caso brasileño, las localidades marcadas como puntos rojos en cuanto a la circulación de fiebre amarilla son el Estado de Bahía, el de Sao Paulo, Río de Janeiro, Minas Gerais y Espíritu Santo.

Si se da la situación de tener que viajar antes de lo previsto, no cumpliendo de esa manera con los 10 días de tiempo mínimo luego de la inmunización, las autoridades señalan que serán flexibles, pero con la condición de que al salir del país, se utilicen los elementos adecuados para evitar picaduras de mosquitos, como utilizar repelentes y ropas adecuadas.

En el caso de que una persona regrese de la zona de riesgo sin contar con el carnet, esta sera registrada por el Ministerio de Salud para chequear y monitorear su estado de salud. En el caso de perder el carnet de vacunación antes de partir al Brasil, el paciente deberá volver a inmunizarse por precaución, algo que los profesionales y la misma Organización Mundial de la Salud señalan como no riesgoso.

Otras acciones para prevenir la enfermedad, además de la vacunación, son el uso de repelentes así como también de remeras mangas largas, de colores claros y uniformes, en lo posible. También se recomiendan mosquiteros y el empleo del aire acondicionado en el lugar en el cual vivimos. Ante la aparición de fiebre, escalofríos, dolores de cabeza, dolores musculares, náuseas o vómitos, es de vital importancia acudir al centro de salud más cercano inmediatamente.

Lo primero fundamentalmente es consultar con un médico antes de realizarnos cualquier tipo de inmunización según recomienda el Ministerio de Salud Pública. Es primordial conocer nuestro estado de salud total con el objetivo de saber si seremos capaces de poder vacunarnos sin posteriores efectos secundarios.

La Dirección de Vigilancia de la Salud además recomienda la evaluación individual del riesgo de contraer fiebre amarilla frente al peligro de un evento adverso en mayores de 60 años que no hayan sido vacunados. Las personas con VIH asintomático pueden también recibir la inmunización con ciertos recuentos.

Por otra parte, las mujeres embarazadas son consideradas en situación de emergencia epidemiológica, por lo que deben ser vacunadas lo antes posible y siguiendo recomendaciones médicas. En el caso de las madres que amamantan, la inmunización también es totalmente recomendada.

En el caso de que el paciente se encuentre en una condición de inmunodepresión, como podría ser un VIH sintomático o un transplante reciente que se haya realizado, es mejor no recurrir a la vacuna contra la fiebre amarilla. Tampoco es recomendable para personas hipersensibles al huevo de gallina y sus derivados.

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