“Latas vacías” busca llenar butacas

Proveniente de una ciudad sin cine, y sin posibilidades de formación, el cineasta paraguayo Hérib Godoy desafía sus propios límites. Después de llevar su película a los Estados Unidos, este fin de semana la estrena comercialmente en el país.

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Desde una ciudad de 878,8 km², donde –hasta hace muy poco tiempo– no funcionaba una sola sala de cine, un grupo de amigos del interior se juntó para materializar su sueño: llevar una historia mitológica al cine. Con muy pocos recursos, y sin actores profesionales, el director Hérib Godoy y el productor y actor Kavi Rodríguez superaron varias etapas (todas ellas de manera autodidacta), hasta su estreno –en setiembre pasado– en el Festival de Cine de Asunción.

El buen recibimiento del público y la crítica desembocaron en proyecciones en el Centro Cultural Paraguayo Americano (CCPA), y el renacimiento del cine en su ciudad, con la reapertura del ex Cine Guaraní. Poco después –en febrero de este año– el filme llegó a distintas ciudades de los Estados Unidos, para emoción de los inmigrantes radicados en ese país.

¿La historia? Un simple pero efectivo cuento sobre plata yvyguy (tesoro escondido), maldiciones y codicias, filmado íntegramente en el departamento de Caaguazú.

La entrevista con el director y el productor del filme se registra de la manera menos habitual: a través de notas de voz de la popular aplicación de WhatsApp. Mientras el periodista en cuestión debía concurrir a un evento, los realizadores ovetenses respondían el cuestionario, a pesar de interrupciones de amigos de los realizadores que pasaban, de una chica que caía de su bicicleta, incluida la paciencia de mantener el dedo apretado.

-¿Cómo surge concretar el estreno comercial de "Latas vacías"?

-Kavi Rodríguez: La cuestión comercial surgió a raíz de que, justamente, después del Festival de Cine de Asunción, tratamos de meter en los cines y resultó un poco difícil, ya que nos perdimos un poco en la comunicación y falta de experiencia, en cuanto a ubicar en las salas comerciales. A raíz de esto, gracias a nuestro colaborador Carlos Giménez –quien, a través de correo electrónico, contactó también con los gerentes de estas salas donde se van a estar estrenando en esta temporada 2015–, y se dio de esta forma. Intercambiamos correos electrónicos, hicimos el lobby correspondiente y ahora estamos en marcha para poder llevarlo a todo el interior del país.

Lo anecdótico de esto es que una película del interior se estrena en cines del interior. Ese es el desafío que tenemos, y estamos muy contentos con eso.

-¿Cómo nace tu pasión por el cine y en qué se basó esa formación autodidacta?

-Hérib Godoy: Yo creo que pasa por contar historias. Siempre me interesó esa historia paraguaya que estaba en los libros de historia, y también de a poco me fui involucrando con formas de ver historias. Sabemos que en Coronel Oviedo no había cine, y las películas que veíamos eran por canales de cables nomás; pero también pasa por el hecho de que yo dibujo, y me interesaba mucho el cómic, las historietas. Tenía unas cuantas revistas de cómics que conseguía por aquí, y todo eso sí o sí desemboca en la cúspide de contar una historia, que es el cine. Y por ahí nomás pasó. También el hecho de que, con el tiempo, fueron llegando canales de cable. Ya la tecnología era más accesible acá, en Coronel Oviedo, y –por suerte– teníamos como amigos camarógrafos y editores de los canales, y con ellos hacíamos pequeños trabajos… y así surgió todo.

-KR: Con la llegada de la TV por cable a Coronel Oviedo, vinieron canales internacionales, y con eso venían películas que eran diferentes a lo que solían pasar los canales nacionales. Eran un poco más artísticos ya, entonces con eso venía una forma nueva de ver las historias. Solía ver con papá, los domingos, películas mexicanas de rancheros. Por ejemplo, veía películas en blanco y negro de Pedro Infante, de Jorge Negrete, donde ahí yo relacionaba demasiado con nuestra cultura, porque eran jinetes, la vida de campo y la música, todas esas cosas que eran como semillas que entraban ahí, y como que surgían ideas y adaptaba en mi cabeza como para volver a relatar, pero ya desde el punto de vista nuestro, paraguayo.

También las películas francesas, que solían pasar por esos canales. Ese estilo más urbano, pero historias muy diferentes, artísticas. Eso creo que fue mucha influencia para, de repente, definir ya un estilo de relatar, de filmar y de contar historias nuestras.

-Viven en una ciudad sin cines donde, sin embargo, el séptimo arte genera una pasión que no se compara a otro punto del país. ¿Cómo se explica este fenómeno?

-KR: Este proceso que corresponde a “Latas vacías” como corolario nace en 2003 con el primer cortometraje que realizamos con un grupo de amigos aquí, en Coronel Oviedo. A Hérib Godoy, justamente, le regala su madre una cámara y, a partir de ahí, nos metimos en la historia. Hicimos de personajes, las locaciones fueron su casa… así fue naciendo todo esto. Luego ya también llegó, justamente, la TV por cable en Coronel Oviedo

Luego, ya por el año 2005, un poco más, realizamos el primer concurso de cortometrajes de Coronel Oviedo y abrimos una forma para que los estudiantes, o gente interesada a hacer un corto o largo, se anime a contar historias. Tras ese proceso, Hérib viajó a la Argentina a capacitarse un poco, a conocer más… iban dándose las oportunidades.

En 2009 ganamos el primer concurso nacional de cortometrajes, donde Hérib ganó con El chasqui. Al año siguiente nos volvimos a presentar, y ganó como mejor guión el corto Cuentas. Y, en la tercera edición y última del concurso nacional de cortos, también ganó como mejor guion, Pescadape. Y ahí se terminó el tema de cortos. Se preparó en ese proceso la primera película, que sería para el Bicentenario (Pyta’i); fue filmada en formato digital.

En el transcurso de ese tiempo aparece 7 cajas, y se nos cae un poco el sueño de estrenar una película como nosotros pensábamos y teníamos la ilusión: llegó el formato digital, la tecnología, y ahí nos animamos a hacer otro proyecto. Hérib, teniendo los dos guiones que ganaron en el concurso, decidió contar una historia que es de plata yvyguy. Se fue construyendo, y en ese proceso nació Latas vacías. Más de 60 cortometrajes y prácticas yo creo que también hacen interesante este punto. Ese es el fenómeno que se da, y en ese camino seguiremos transitando.

-El espíritu de la película se centra en el mito popular de la "plata yvyguy" (tesoro escondido). ¿Cómo nace ese interés en hurgar en la mitología guaraní?

-HG: Yo creo que es una responsabilidad del cineasta paraguayo hablar de esto. Es un deber, porque esto involucra historias y nuestra creencia popular, nuestra tradición, entonces es parte de un legado que hay que dejar. Un legado que hace mucho solamente se pasaba de voz en voz, pero nunca se registró en esta forma, en el sentido de que –en épocas pasadas– no teníamos la tecnología. Sí sabemos que tenemos registros desde que apareció el video: Sombras en la noche, y otros materiales referentes a eso, pero es relativamente nuevo. Y creo que es eso, pasa por ahí. El interés de hablar de la mitología, de nuestras creencias, es nuestra primera base.

-Los actores de la película no son profesionales, sin embargo logran una naturalidad que no muchos actores profesionales de nuestro medio logran. ¿Cómo trabajaste en la dirección de actores?

-HG: Esto fue un trabajo en conjunto. Nosotros, teniendo el guión, ya con los diálogos –que, por cierto estaban escritos en castellano– pasamos esto a la realidad, en forma muy sencilla: fuimos muy prácticos en este sentido. Los guiones eran leídos por los actores y la idea era que sea contada de forma muy natural, muy nuestra, entonces para eso necesitábamos de esa naturalidad típica de la gente de aquí. Entonces lo que hacíamos era, con el guión escrito en castellano, que ellos cuenten no textualmente, que no interpreten textualmente el diálogo, sino de forma natural. La idea, el concepto en sí.

Y, por supuesto, el hecho de que no tenían ninguna influencia de algún estudio previo, porque solemos ver que muchos actores siguen teniendo ciertas escuelas, esas características muy fuertes del teatro y eso era lo último que queríamos hacer.

-¿Qué recuerdos tenés del estreno de la película, en el Festival de Cine? Más de 500 ovetenses se trasladaron hasta Asunción para asistir a la proyección...

-KR: Para nosotros fue toda una novedad, ¿verdad? Porque hay que ser sinceros: nosotros solo queríamos estrenar esta película aquí, en Coronel Oviedo, y mostrarle a nuestra gente, y con eso ya alegrarnos todos. Pero se dio el premio de El Cabildo y del Festival de Cine, en su 23ª edición, el premio a la película paraguaya en proceso de terminación, que posibilitó llegar hasta ese lugar. No entendíamos un poco cómo era el sistema, y nosotros conseguimos dos ómnibus, pero el resto de la gente se fue con su propio móvil.

Por sobre todo, lo que a mí más me alegró, y lo que se me quedó en la retina, fue cuando terminó la función: todo el público estaba ahí, abajo. Unas 300 personas en el hall, y justo Hérib bajaba, y todo el público le aplaudía. Yo creo que esa emoción en Hérib fue bastante interesante.

HG: ¡Casi lloré!

-La película fue la innegable impulsora de la reapertura del ex Cine Guaraní, en octubre pasado. ¿Cómo se generó esa movida?

-HG: El ex cine Guaraní se convirtió en un salón de eventos donde se suelen hacer actividades de diferentes índoles, sigue siendo eso, pero lo que yo rescato más bien es que se despertó el interés por el cine otra vez, sea por participar, por ser parte de esa magia de asistir a un salón, a un evento con diferentes personas, y vivir el cine en pantalla gigante, con buen sonido. Eso tiene magia. Yo creo que esa magia se volvió a experimentar. El interés yo creo fue lo que se reavivó esta vuelta en los ovetenses, y creo que van a estar más abiertos para lo que venga en el futuro. Va a ser mucho más fácil ahora invitar a la gente y ver la respuesta positiva de ellos para con el cine nacional, porque cualquier material nacional que venga a esta parte, yo creo que va a ser muy bien recibido.

-En febrero viajaron a los Estados Unidos, donde acompañaste las proyecciones del filme. ¿Cómo fueron las reacciones de los compatriotas?

-La reacción fue similar a la mía: de sorpresa, de emociones encontradas, porque yo esperaba que en cada proyección, en cada actividad, hubiese poca gente. Esa era la verdad. Lo que yo sentía era eso, pero grande fue la sorpresa cuando me encontré con muchísimos compatriotas bien organizados, y asistieron a todas las actividades y hubo lleno total en las tres proyecciones: en Nueva York, en New Jersey y Washington. Fue grande mi sorpresa también cuando –al terminar la función– salía la gente y nos felicitaba, y algunos con lágrimas en los ojos, nos agradecía, pero era un agradecimiento muy profundo y muy real, así nosotros sentimos, y en parte sentimos esa nostalgia que tenían por Paraguay.

-¿A qué cineastas/realizadores admirás, en el mercado local? ¿O las películas nacionales que te gusten especialmente?

-HG: Algo que me influenció, cuando chiquitito, eran esos documentales recreados que se pasaban en el SNT, los sábados a la noche, con Manuel Cuenca. Yo esperaba los noticieros de Canal 9, y tenía que ver todo el noticiero, porque la parte de Cuenca venía casi al final, y solía ver porque esperaba un capítulo de la historia, que era recreado con actores de una forma cinematográfica, diferente a lo que solíamos ver todos los días. Y yo solía decir que se podía hacer, que era interesante, porque era nuestra historia, y que así como se hacía ahí, en la tele, en Asunción, se podía hacer también en Coronel Oviedo. 

Y, en cuanto a la película que me dio una bofetada fue 7 cajas… me dio una bofetada y me dijo: ‘Se puede hacer una película, tenemos la tecnología para hacer’.

Habíamos terminado un largometraje en digital, y 7 cajas vino con el HD, y quedó atrás nuestro material… pero nos dio la lucidez y la inteligencia como para poder intentar y trabajar con el HD. Desde ese lado, 7 cajas fue también la influencia para empezar Latas vacías, porque –al igual que nosotros–, son un grupo de gente soñadora. Estamos peleando por lo mismo, por fortalecer el audiovisual y el cine nacional.

-¿Proyectos cinematográficos en la mira?

-HG: Kavi tiene un proyecto de hacer un documental sobre los inmigrantes paraguayos en el mundo. Es algo que también, después del viaje, notamos que es un mundo demasiado grande y tiene miles de variantes. A veces es trágico, a veces es bendecido, maravilloso, y un mundo de emociones que puede crear un documental demasiado interesante. Y, por mi parte, yo ahora estoy empezando una idea, un guión con Néstor Amarilla Ojeda, sobre un personaje durante la Guerra del Chaco, y postguerra del Chaco. Estamos manejándonos con eso por aquí. Por suerte, se cerró nuestro círculo con Latas vacías, ya está en los cines, y vamos a estar tranquilos de poder empezar otro trabajo. También tenemos la suerte de que ya nos invitaron profesionales para siguientes coproducciones, y eso para nosotros es un logro inmenso. Y estamos felices de recibir esa clase de invitaciones, de saludos, de todo lo bueno que puede generar el cine, la parte humana. Y estamos felices con eso y con la autoestima altísima para empezar otros trabajos. Porque te aseguramos que sí o sí vamos a seguir haciéndolo, y vamos a seguir contando historias paraguayas.

La película de Hérib Godoy se exhibirá desde este viernes en las salas de cine de Real Cines Acceso Sur (Fernando de la Mora), Cine Art (San Lorenzo), Cinemax3D (Encarnación), Cine Granados (Encarnación) y Cine Art (Ciudad del Este).

La película, de 73 minutos de duración, es apta para mayores de 16 años, y cuenta con las actuaciones de Aníbal Ortiz, Máximo Florentín, Antonia Florentín, Arturo Ortiz, Blas Filártiga, Sergio Cardozo y Daniel Gamarra.

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