Lo que usted y todos estamos debiendo

En cuatro años la deuda pública paraguaya prácticamente se duplicó. El mayor aumento se dio tras la llegada de Horacio Cartes al poder y con las reiteradas emisiones de bonos soberanos. Como consecuencia, cada paraguayo debe más de G. 5.000.000.

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Imagine usted que conoce a Juan Pueblo, un hombre de mediana edad y trabajo con sueldo promedio que percibe mensualmente unos G. 4.000.000. Para poder realizar obras en su casa, Juan decide endeudarse por G. 6.200.000, usando una tarjeta de crédito.

El pago mínimo de la tarjeta de Juan es de G. 378.000 mensuales, es decir casi el 10% de lo que él percibe mensualmente. Los problemas comienzan si se tiene en cuenta que gran parte de los G. 4.000.000 que Juan percibe mensualmente está destinada a cubrir gastos fijos e impostergables: alimentos, salud, transporte, agua, luz, gas y supermercado.

Con todo esto, Juan apenas puede cubrir el pago mínimo de su tarjeta de crédito, pero con eso en realidad no está cubriendo la deuda sino apenas los intereses que le genera el capital que prestó. Cuando vence el plazo para pagar sus cuentas, Juan recurre a otro banco y pide otra tarjeta de crédito. Con esa tarjeta, paga la deuda anterior pero genera otra nueva.

Cuando vuelve a vencer la deuda, recurre a otro banco y adquiere otra tarjeta de crédito. Con esa deuda en aumento, Juan lo único que hace es abonar el pago mínimo y su agobio va creciendo. Los problemas aumentan si en lugar de crear obras que le permitan generar capital para devolver sus deudas, Juan se desorganiza y gasta el dinero de su deuda en los gastos que debería pagar con su sueldo.

En algún momento, el mercado financiero decide cortarle a Juan las tarjetas de crédito. Ahí se queda sin forma de seguir bicicleteando sus deudas....y los problemas se disparan.

Ahora supongamos que Juan Pueblo en realidad es el Estado paraguayo y que su sueldo es apenas una representación de los US$ 4.000.000 millones que recauda anualmente. La deuda con la tarjeta de crédito es en realidad una imagen figurativa de la deuda pública paraguaya que hasta julio pasado ascendía a US$ 6.200 millones y el pago mínimo son los US$ 378 millones de intereses anuales que debe pagar el erario público por esa deuda.

En los últimos años, la deuda pública paraguaya creció a pasos acelerados, principalmente uno de sus componentes: la deuda externa. ¿Qué es la deuda externa? Básicamente son los compromisos financieros que un país tiene contraídos con instituciones bancarias internacionales o de otro país.

Hasta 2012, la deuda externa paraguaya era de US$ 2.240,2 millones. A partir de 2013 y con la sucesiva emisión de bonos, este monto creció a pasos acelerados y a un ritmo preocupante, llegando en julio pasado a los US$ 4.663,4 millones.

El mayor aumento, de 74,3%, se ha dado entre el 2013 y lo que va del 2016, que corresponde al periodo de este Gobierno, que ha recurrido reiteradamente a la emisión de bonos soberanos.

En 2013 se emiten por primera vez los bonos soberanos durante el gobierno de Federico Franco (PLRA), por US$ 500 millones, y se abren las puertas del mercado internacional. Ese mismo año, en agosto, asume la administración el presidente Horacio Cartes (ANR) y desde 2014 comienza también a incrementar el endeudamiento externo, principalmente por la emisión de bonos en el exterior, totalizando US$ 1.880 millones en tres años.

¿Qué son los bonos soberanos? Es una especie de pagaré emitido por un gobierno en bolsas locales e internacionales a fin de conseguir financiamiento. Básicamente en base a documentos y antecedentes de riesgo del país se pide a capital privado dinero para la realización de obras con un compromiso de pago de hasta 30 años

En total, la deuda en bonos asciende hoy a US$ 2.380 millones y, a pesar de las críticas y advertencias de parte de analistas económicos, de frenar el nivel de endeudamiento y agendar una reforma para retomar el equilibrio fiscal, Hacienda prepara para el año venidero otra colocación por valor de US$ 600 millones.

Más de la mitad de los fondos obtenidos a través de la comercialización de bonos en los últimos tiempos se destinan a pagar los vencimientos de deuda y a pagar aportes a organismos financieros internacionales.

Esto obedece a que la recaudación impositiva no alcanza para cubrir las inversiones, porque más del 70% de lo recaudado va a financiar salarios de los funcionarios.

Hasta julio pasado, la deuda pública paraguaya total había ascendido a US$ 6.114,2 millones. Si se tiene en cuenta que la población total de nuestro país, de acuerdo a estimaciones de la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos (DGEEC) es de 6.755.756, esto arroja que cada paraguayo debe actualmente G. 5.068.199.

La deuda per cápita puede aumentar en 2017 si el gobierno vuelve a emitir bonos, como de hecho ya tiene planeado hacer.

“Ahora mismo el Estado tiene apenas para cubrir los intereses y es por eso que para poder amortizar el capital de su deuda tiene que volver a generar más deuda”, explica el analista económico Amílcar Ferreira en conversación con ABC Color.

“Mientras se tenga la posibilidad de colocar deuda para pagar el crédito anterior, no hay problema. Ahora la cuestión es si se empiezan a tener problemas de dificultad de pago. Grecia en algún momento tuvo una deuda muy grande, no es el caso aún de Paraguay pero es un ejemplo útil. Siendo país pequeño se endeudó mucho y los mercados comenzaron a tener sospechas sobre las posibilidades de pago; con ese temor, ya no podía colocar nuevos bonos y se le cerraron los mercados”, recuerda Ferreira.

Que a un país se le cierren los mercados quiere decir que ya no hay nadie dispuesto a comprar bonos y no se pueden conseguir nuevos créditos para pagar deuda anterior. “Ahí es cuando entrás en incumplimiento de pago”, señala el analista.

Mientras Paraguay tenga mercados abiertos a comprar sus bonos podrá seguir bicicleteando su deuda, pero si por algún motivo político o económico la economía local se ve afectada, la situación se podría complicar.

“Lo importante es que el endeudamiento no crezca a un ritmo mucho mayor que al ritmo de crecimiento de la economía, algo que ha ocurrido. Que la deuda crezca pero no a un ritmo demasiado alto porque ahí ya no se podría pagar. Ahora podemos pagar intereses y capital generando nuevas deudas”, asevera Ferreira.

Desde su perspectiva, se necesita prudencia y respetar a rajatabla lo establecido por la ley de responsabilidad fiscal, puesto que si el déficit sigue creciendo la situación podría pasar a ser muy complicada para el país. “No creo aún que se trate de una situación de luz roja, pero por lo menos sí una en la que se debe encender la luz amarilla”, sentencia.

El ministro de Hacienda, Santiago Peña, insistió una y otra vez que el manejo de la deuda pública de Paraguay es extremadamente prudente y baja, por lo que no ve riesgos en que aumente para poder financiar obras de infraestructura que precisa el país para su desarrollo. En ese sentido, argumentó que la deuda es controlable a pesar de que la presión tributaria es baja, de acuerdo a las proyecciones que realizaron hasta el año 2023.

juan.lezcano@abc.com.py - @juankilezcano

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