Se estrenó en Sídney en 2000, donde no conoció el podio, pero sí las finales. Con el tiempo, Atenas, Beijing y Londres, cada cuatro años, se encargaron de convertir a aquel niño de apenas 15 de edad en leyenda. Muchas figuras brillan en el firmamento olímpico, pero ninguna como Michael y sus 22 medallas, 18 de las cuales son doradas.
Quizá su quinto lugar en la final de los 200 m mariposa, en Australia, fue una premonición, pues desde aquel estreno ecuménico MP fue el nadador olímpico estadounidense más joven en 68 años. Poco después, en la misma carrera consiguió ser el plusmarquista mundial más joven. Y con el paso del tiempo los récords cayeron, y los laureles llegaron. Tras los 6 colgantes de oro (más los dos de bronce) en Grecia, Phelps estaba dispuesto a hacer historia en 2008. Y así fue. En China, todo le fue bien. De sus ocho carreras, metió ocho doradas y se convirtió en el primero en alcanzar ese haber en una sola edición.
El mundo estaba expectante de lo que haría en Londres (2012). Con apenas cuatro de oro y dos de plata, el “Rey del Olimpo” extendió la leyenda, aunque no tan impecable como los años pasados. Sin embargo, le bastó para coronarse como el mejor deportista olímpico de la historia, quebrando el récord de la gimnasta rusa Larissa Latynina (9 oros, 5 platas, 4 bronces), que tenía casi 50 años de vigencia.
Pero el desafío londinense fue duro. La sorpresa se dio en el estreno: los 400 m combinado individual. Por primera vez desde el 2000, Michael no medalló en una carrera de Olimpiadas. Quedó cuarto en la prueba ganada por su compatriota Ryan Lochte (4’05”28), quien le supero por exactamente 4 segundos. Plata para Brasil y bronce japonés, con Thiago Pereira y Kosuke Hagino, respectivamente, ambos por debajo de los 4’09”.
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Los siguientes dos días fueron mejores, pero no dorados… al comienzo. Plata en los 4x100 m libre, en la revancha de Francia después de que Estados Unidos le sacase el oro en Beijing por 23 centésimas –carrera en la que al menos cuatro relevos nadaron por debajo del récord mundial de ese entonces. Luego, el segundo puesto se repite en los 200 m mariposa, que coronó al sudafricano Chad le Close, por cinco centésimas de segundo.
Los 400 IM fueron para Lochte, pero el mejor atleta olímpico de la historia, no dejaría que le arrebataran nuevamente la gloria y tomó revancha en los 200 m combinado. En la prueba llegó el anhelado oro, el primero de manera individual en Londres, el que lo convirtió en el primer deportista en ganar la misma prueba en tres JJOO seguidos. El podio: 1) Phelps (1'54"27), 2) Lochte (1'54"90), 3) Laszlo Cseh (1'56"22). También vengó la plata de los 200 mariposa, en los 100, delegando a Le Close con el segundo puesto.
Phelps, quien tras retirarse será asistente de su entrenador Bob Bowman en el Estado de Arizona, redactará los últimos párrafos de su leyenda en Río 2016.
Tras polémicas, suspensiones, y amagues anteriores de decir adiós, el estadounidense aseguró que estos sí será los últimos. “Este es 100% el último (JJOO). Algunos bromean que tengo aún 4 años más, tendré 36. Pero estoy 100% seguro. Tengo un hijo en camino. Me alejaré y pasaré tiempo con mi familia” señaló semanas atrás en conferencia de prensa.
Junto con su prometida, Nicole Johnson, anunciaron vía redes sociales que esperan la venida de su primer hijo, quien llegaría poco antes de los clasificatorios americanos para los Juegos.
Con podios o sin ellos en Río, Michael dejará un enorme legado al olimpismo. Ídolo de muchos, rival de algunos, competencia para pocos, sus 18 doradas nos harán recordarle por siempre como el Rey del Olimpo, al menos hasta que otro talentoso y dedicado atleta se atreva a arrebatarle ese récord.
