Un sueño: no más indígenas en las calles

Desde hace dos años, un pequeño grupo de uruguayos se encuentran trabajando en pos del bienestar de las familias indígenas que están en situación de calle. Leonard Benavente, el presidente de la organización “Todos por paraguay”, relató que todo inició en su país, Uruguay, donde trabajan con jóvenes con problemas de adicción y mujeres víctimas de violencia o en situación de calle.

Sin embargo, cuando se propusieron venir al país a seguir con el voluntariado, se encontraron con una problemática mayor: el abandono a los indígenas. “Vinimos a Paraguay manejando y cuando ingresamos al país una niña indígena se nos ofreció para tener sexo a cambio de dinero. Fue algo tan impactante y fuerte; comprendimos que es con ellos a quienes teníamos que ayudar”, expresó.

Los niños indígenas se encuentran abandonados por el Estado, excluídos por la sociedad e incluso dejados en las calles por sus propios padres. Pensando en ellos, tres jóvenes uruguayos que abandonaron las drogas gracias a esta organización, se encuentran trabajando para poder recaudar fondos y ayudarlos.

Venden llaveros en los colectivos y con los fondos recaudado asisten a los nativos ubicados en la Terminal de Ómnibus de Asunción, a quienes alimentan, brindan abrigos, medicina y todo lo que logren recaudar adquirir con lo recaudado. Además, se encuentran construyendo en Areguá el gran sueño de todos: un hogar para acoger a los más necesitados.

La fundación compró siete terrenos en dicha ciudad y, en esta primera etapa, construyen con sus propias manos las habitaciones donde vivirán los voluntarios. Luego, conforme vayan recaudando fondos, empezarán a construir los pabellones para tener dónde acoger, en principio, a madres y niños indígenas.

“Estamos tramitando la ayuda del Estado. Ya pedimos ayuda a la Gobernación Central y nos pidieron muchas documentaciones sobre la organización, las cuales vamos a traer de Uruguay a fin de acelerar los trámites. Esperamos más adelante poder ayudar a los niños de la calle en general también”, manifestó el activista.

Con la voz entrecortada, Benavente relata lo triste que es encontrar a los niños abandonados, drogados para pasar el hambre, desabrigados, desnudos y a veces enfermos. “Si fuera por mi y tuviera los recursos necesarios, me los llevaría a todos conmigo. Es necesario, extremo y urgente sacarlos de las calles”, exclamó.

Si los nativos son retirados de las calles, el nivel de delincuencia y drogadicción disminuiría en sobremanera, destaca el presidente de Todos por Paraguay. “Al no tener nada, su situación los lleva a delinquir y al estar en la calle, las drogas están a la puerta para los niños”, agregó al respecto.

Por el momento, están trabajando tres jóvenes uruguayos y una paraguaya, quienes recaudan los fondos y reciben también el apoyo de la organización desde Uruguay. Sin embargo, teniendo en cuenta que el trabajo es mucho, esperan poder contar con más voluntarios y apoyo de la sociedad.

La idea no es solo alimentar a los nativos, sino también brindarles un techo, educación, atención médica y legalizarlos como ciudadanos paraguayos porque hay niños que ni tienen vacunas y mucho menos cédulas.

Para todos los trabajos, los voluntarios son totalmente bienvenidos, puesto que son muchos los indígenas que necesitan ayuda. Tanto para recaudar fondos, preparar y repartir los alimentos como para la construcción del hogar y el ayuda médica o formativa.

“Estamos abiertos a toda la ayuda que podamos recibir. nosotros no queremos llevarnos la gloria sino que queremos ayudar al país. Entonces qué mejor que los paraguayos puedan pelear por la misma causa y lleven adelante el proyecto”, instó Benavente.

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