La vergüenza no existe en este mercado, donde los precios se inician deliberada y exageradamente muy altos y terminan en un 70% menos en un intento de justicia para ambas partes. Visitantes primerizos pueden no saber de la costumbre y dejar más que una buena ganancia para los persistentes vendedores.
Imanes, carteras, espejos, ropa, maletas, accesorios para celulares, utensilios tradicionales para el té y los palillos, entre muchas otras mercaderías, útiles, extravagantes y a veces hasta innecesarios, se pueden hallar en los diferentes puestos a lo largo de Tung Choi Street.
Al son del cantones, el inglés y algún que otro idioma, gente de las más variadas nacionalidades recorren la peatonal para conocer uno de los sitios más populares de Hong Kong y aprovechan para llevar algún souvenir. Incluso el que está bajo un ajustado presupuesto puede llevarse más de un obsequio, si entiende tempranamente las reglas del comercial juego. Acá, el que no regatea es tonto.
Las diagonales a Tung Choi, igual o incluso más iluminadas, también reúnen multitud. Los fines de semana, al comercio habitual se añade música en vivo y caricaturistas a cada paso. En caso de cansancio, se puede recurrir a un masaje de pies, que abundan en cada manzana de la zona. La oferta va desde 45 hasta 120 dólares locales (6 a 16 dólares americanos).
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Aunque el nombre puede generar dudas, el Mercado de las Mujeres cuenta con atracción para todos, lo que propicia el gentío tan variado y propio del lugar.