La reelección ¿ya murió?

Si bien la vía de la enmienda ya fue bloqueada para plantear la reelección presidencial, queda aún otra alternativa, aunque más complicada y engorrosa: la Reforma. Sectores oficialistas aún mantienen la esperanza de conseguir números ¿Lo lograrán?

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“Nosotros buscamos la reelección como locos”, reconocía días atrás el diputado por el departamento de Ñeembucú y presidente del Partido Colorado, Pedro Alliana, en conversación con el programa Sin Anestesia de Radio ABC Cardinal.

Alliana hacía estas declaraciones mientras explicaba los motivos que empujaron a la Dirección Ejecutiva de la ANR a pedir a sus asesores jurídicos que movieran todas las herramientas legales para que la Corte Suprema de Justicia se expidiera sobre una eventual candidatura presidencial de Fernando Lugo, el exobispo que ya había ocupado la presidencia de la República entre 2008 y 2012.

Lo llamativo del pedido de los dirigentes colorados es que si bien Lugo y su entorno del Frente Guasú no esconden las aspiraciones presidenciales de cara a 2018, en realidad la candidatura del expresidente y actual senador aún no es un hecho debido a que no fue inscrita siquiera en el interior de la agrupación de izquierda. Es decir, para los papeles aún no existe.

A pesar de ello, los dirigentes colorados presentaron la denuncia ante el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) contra Lugo por supuesta campaña engañosa. Algunos sostienen que la intención oficialista es conseguir que el Frente Guasú se allane a la intención de plantear una Reforma Constitucional, algo que habilitaría de plano no solo a Cartes sino también al exobispo.

“Por supuesto que nosotros queremos habilitarle a Horacio Cartes”, afirmó Alliana a la 730 AM. Y minutos más tarde, reconoció lo que ya se venía manejando desde hace tiempo: la intención de plantear una reforma constitucional. “Están ajustadísimos los tiempos. Hasta diciembre hay tiempo para hacer el planteamiento. Ya se tendría que haber planteado antes”, dijo el presidente de la ANR.

En los últimos días, varios han sido los referentes oficialistas que se han allanado a la intención de la reforma. Lilian Samaniego, senadora oficialista y expresidente de la ANR que pasó de ser férrea crítica a firme defensora de Cartes, aseguró que los dirigentes colorados insistirían con el planteamiento de la Reforma Constitucional.

Enrique Riera, ministro de Educación y cuyo nombre suena como una de las alternativas en la carrera presidencial para 2018, aseguró a la 800 AM que apoyaba impulsar la candidatura de Cartes por la vía de la reforma y que él mismo trabajaba en ese equipo.

La Reforma Constitucional puede ser solicitada por el Presidente de la República, 11 senadores, 20 diputados o 30.000 electores a través de una petición firmada. La declaración de la necesidad de la reforma sólo será aprobada por mayoría absoluta de dos tercios de los miembros de cada Cámara del Congreso. Es decir, se necesitan los votos de 53 diputados y 30 senadores para que pueda continuar el proceso.

Si es aprobada la necesidad de reformar la Carta Magna, el TSJE llamará a elecciones dentro del plazo de ciento ochenta días, en comicios generales que no coincidan con ningún otro. En las urnas deben ser elegidos los miembros de la Convención Nacional Constituyente, cuyo número no podrá exceder el total de los integrantes del Congreso: 125 convencionales.

Una vez conformada, la Convención Constituyente se establece como máxima autoridad de la República mientras duren sus deliberaciones, durante las cuales deberá discutir los puntos a ser modificados parcial o totalmente en la Carta Magna.

Si bien no existe un plazo máximo establecido por la Constitución, la Convención de 1992 tuvo un período de seis meses para elaborar la nueva Carta Magna. Benjamín Fernández Bogado, quien formara parte de la Constituyente del ‘92, señaló a ABC Color que se tomó esa determinación debido a que el gobierno prácticamente queda paralizado durante el tiempo en el que la Convención dure.

¿Qué puede cambiar la Constituyente? Básicamente, toda la Constitución Nacional. Podría crear o eliminar instituciones, establecer reelección presidencial, ampliar o disminuir número de miembros del Congreso y de la Corte Suprema de Justicia. Entre otras cuestiones.

De acuerdo a estimaciones del propio TSJE, las elecciones de convencionales constituyentes costarían al Estado paraguayo (todos nosotros) unos US$ 3.000.000.

Una eventual Reforma Constitucional permitiría la habilitación para la carrera presidencial de tres hombres cuyos nombres han sonado con insistencia en los últimos meses y ya pensando para 2018: Horacio Cartes, Fernando Lugo y Nicanor Duarte Frutos.

Con ello, se podría permitir la alineación de votos no solo de oficialismo colorado sino también de parte de la disidencia de la ANR y el Frente Guasú para un apoyo al planteamiento de una eventual Reforma Constitucional.

Muchos creían que la “división” que se había creado en la bancada oficialista en la Cámara de Diputados podría representar un escollo más para el camino de la eventual Reforma Constitucional; sin embargo, la palabra de quienes en teoría se alejaron del cartismo dejan una ventana abierta a la cuestión.

El diputado Ariel Oviedo había señalado el día en el que se mandó al archivo el proyecto de enmienda constitucional que estaba de acuerdo con la instauración de la reelección pero por la vía de la Reforma. Un discurso repetido entre varios de los colorados que habían señalado su rechazo al proyecto presentado por Óscar Tuma.

De hecho, la división en la Cámara Baja no fue tal. Quienes habilitaron las nuevas bancadas se reconocieron aún oficialistas y aseguraron que la separación era para buscar mayor interlocución con el presidente Cartes. Este miércoles ya estaban hablando nuevamente de la unidad de 38 de los 46 diputados colorados.

Dentro de este contexto de negociaciones, no deja de llamar la atención el nombramiento de Ariel Martínez como viceministro de Asuntos Políticos tras la llegada del diputado Tadeo Rojas al cargo de ministro del Interior.

Martínez, quien fuera presidente de la Asociación de Fiscales, encabezó el proceso de recolección de firmas a través de la plataforma “Convergencia” que impulsaba una Reforma Constitucional bajo el discurso de la búsqueda de un mejor sistema judicial.

El pedido fue presentado por Convergencia y con más de 30.000 firmas en julio pasado. Ese mismo pedido de Reforma podría ser el utilizado para plantear no solo el cambio del sistema judicial, sino también la instauración de la reelección presidencial y de los gobernadores.

El senador Juan Carlos “Calé” Galaverna, quien fuera uno de los principales aliados de Horacio Cartes y hoy forma parte de la disidencia colorada liderada por Mario Abdo Benítez en la Cámara Alta, es de los que creen que aún hay tiempo para plantear la Reforma.

“Sigo convencido de que hay tiempo legal para desarrollar todo el proceso. Conseguir los votos ya es una tarea diferente”, afirmó Galaverna en conversación con la redacción digital de ABC Color. El legislador indicó además que los que deberían encabezar el trabajo para la consecución de los votos son los oficialistas, a los que criticó por mantener una posición de enfrentamiento.

“Yo soy partidario del método de la reforma”, dijo una vez más a nuestro diario, para luego agregar que la gestión no puede estar a su cargo para ello.

“El tiempo es muy apretado y el estilo de actuación no ayuda a cosechar votos. Siguen con la política de la presión, de la prepotencia, de la amenaza, con discursos muy agresivos. Realmente a mí me sorprende porque si uno busca adhesiones, mínimamente no debiera agredir a quien puede definir con su voto una cuestión del interés de quienes ahora están agrediendo”, aseveró.

“Hasy con la amenaza de garrote ganar”, cuestionó. Galaverna dijo creer que no existe relación entre el nombramiento de Ariel Martínez y la intención reformista del oficialismo. Además reconoció que el líder de su movimiento, Mario Abdo Benítez, otro de los aspirantes presidenciales de cara a 2018, es de la posición de que la Reforma ya es prácticamente imposible.

Aún así, Galaverna dejó abierta la ventana para el diálogo. “No solo yo, todo el movimiento de Colorado Añete no vamos a cerrarnos. Estamos siempre abiertos al diálogo”, sentenció.

Miguel Ángel López Perito, otrora hombre cercano a Fernando Lugo y recientemente alejado de la bancada de Avanza País, se manifestó a su vez en contra de la posibilidad de plantear una Reforma Constitucional, por considerarla extemporánea.

“La figura de la reforma a esta altura del partido para introducir solamente el tema de la reelección es inadecuado, extemporáneo y muy riesgoso. Creo que es más difícil que salga que la propia enmienda. Me parece que sí en algún momento habría que plantearnos el tema de la Reforma sobre los grandes acuerdos políticos que necesita nuestro país”, reconoció el legislador.

En ese sentido señaló que actualmente hay organismos e instituciones que son motivos de polémica o cuestionados por su forma de actuar deberían ser analizados en el marco de una Asamblea Nacional Constituyente. Pero para ello, “tenemos que ver qué país queremos”.

“De intentarse, puede intentarse, yo nomas creo que no tiene muchas chances. No creo que sea el momento adecuado. Me parece muy difícil”, finalizó.

Otro de los sectores que podría ver a su candidato beneficiado con la instalación de la reelección constitucional es el Frente Guasú, sector que impulsa la candidatura de Fernando Lugo para el 2018, aunque buscando argumentos que para muchos no cuentan con asidero constitucional real.

“Como Frente Guasú todavía no hay una postura oficial sobre el tema de la Reforma”, reconoció el senador Hugo Richer cuando se le consultó sobre la cuestión. Indicó que la mayoría de las organizaciones políticas coinciden en que es la vía, aunque puntualizó que existen inconvenientes para el tema actualmente.

“No es solamente una cuestión constitucional, es un problema político. Para hacer la enmienda o la reforma, más allá que uno esté o no de acuerdo, se necesitan de acuerdos políticos importantes y el cartismo no se preocupó mucho de hacer eso porque atropelló, chantajeó. Entonces es muy difícil”, acotó

“Además, por lo acotado de los plazos y si no hay condiciones políticas, posiblemente es muy difícil que se acompañe la reforma, al menos como postura personal. A esto sumale que alguna vez el propio Lugo dijo que hacer el cambio de la Constitución por una o dos personas no es muy coherente. Por eso votó contra la enmienda”, apostilló el legislador.

Richer afirmó que no se ha dado el debate abierto de manera suficiente como para poder plantear la Reforma. Además aseguró que existen dos escollos importantes que impedirían seguir por esta vía. “El tema de la falta de acuerdos políticos. Necesitamos tiempos para que las organizaciones de la sociedad civil hagan sus planteamientos y ese tiempo no existe”, aseveró.

El segundo escollo, según el legislador izquerdista es el propio Horacio Cartes. “Estamos ante un señor que está muy alejado de prácticas democráticas y eso de darle una oportunidad a Cartes por su poder económico y por el respaldo de otros grupos económicos también cuestionados puede ser un peligro no para Lugo sino para un proyecto democrático que, con sus luces y sombras, se está construyendo”, dijo.

“Me refiero al proyecto autoritario de Horacio Cartes. Enfrentarle a Cartes e ir a una constituyente no es solo enfrentarle a él sino a todo su poderoso poder económico”, sentenció.

Fernández Bogado indicó a nuestro diario que si bien muchos consideran que el mecanismo de la enmienda es un camino allanado para introducir modificaciones a la Carta Magna, en realidad “no es un mecanismo fácil pues se necesita de la mitad más uno de ambas cámaras y no es simple pasar un referéndum”.

Señaló, además, que el mecanismo de la Reforma es mucho más complejo pero que precisamente se buscaba que fuera así puesto que se necesita de más tiempo preparar y deliberar sobre los cambios que se pretenden introducir en la Carta Magna. “Es como abrir una Caja de Pandora, la Constituyente es el poder por sobre todos los poderes. Es el poder absoluto durante el tiempo que dura su mandato”, explicó.

Es por ello que podría considerarse preferible que la aspiración de una Reforma Constitucional aparezca ya entre las promesas electorales de los candidatos y que las modificaciones se den ya en el inicio de los gobiernos. En Ecuador, con la llegada de Rafael Correa al gobierno, por ejemplo, se aprovechó el consenso generalizado que existía y se realizó un profundo cambio de la Carta Magna poco después de su asunción, cambiando así profundamente el ordenamiento institucional de su país.

“No se puede hacer una Reforma solo para cambiar el artículo 229. Construir una idea de reforma requiere de mucho diálogo previo. El camino de la reforma es más largo, hecho de profeso para evitar que se pueda cambiar de forma antojadiza”, acotó.

“Lo que me parece terrible es que la gente cambie por la mitad, la falta de claridad desde el principio”, manifestó.

Reconoció que existen cosas que deberían ser revisadas y que para el momento de la promulgación de la Constitución de 1992 se comprendían debido al momento coyuntural. “Hay cosas que mejorar, pero debe existir un diálogo profundo y serio. Es como abrir una caja de Pandora”, sentenció.

El voto de los legisladores liberales puede resultar clave para la consecución de los números necesarios para avanzar en la cuestión. Si bien es cierto que el Directorio del PLRA, actualmente dominado por los leales a Efraín Alegre, otro con aspiraciones presidenciales para el 2018, ya bajó en línea de votar en contra la reelección, el principal partido de oposición presenta aún quiebres internos que parecen insondables.

Precisamente esta división hace que el actuar de algunos sectores resulte impredecible y no está demás recordar que algunos legisladores azules han votado en más de una ocasión para favorecer al oficialismo colorado; si no que lo digan Fernando Nicora, Milciades Duré y Gustavo Cardozo, todos con negros antecedentes, pero que favorecieron a que el proyecto de enmienda no fuera tratado sino hasta después de la convención colorada en la Cámara de Diputados.

¿Murió del todo la reelección presidencial? De momento, no se puede afirmar que la cuestión ya pueda ser enterrada. Las negociaciones siguen, aunque algunos pretendan negarlas, y no se tendrá una palabra final sino hasta el 20 de diciembre, cuando finalice el período de sesiones legislativas para este año.

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