La conquista más valiosa

La medalla de plata conseguida por la Selección Olímpica de Paraguay, en Atenas 2004, continúa siendo el mayor logro deportivo de la historia del deporte nacional. Y hace días se cumplieron 14 años de la conquista en la que fue pieza clave Osvaldo Díaz.

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El 28 de agosto se conmemoró un nuevo aniversario de la obtención de la medalla de plata en Atenas. El “Chapulín” Díaz recordó que el camino no fue fácil. Si bien venía siendo titular en los amistosos previos al Preolímpico, su inclusión en la lista no era segura. Días antes de conocer la nómina, el jugador estuvo aquejado por un problema gastrointestinal y casi fue operado de apéndice.

“Esa noche lloré porque sabía que me quedaba afuera de todo si me operaba”, comentó. No obstante, Juan Carlos Cáceres Montórfano, médico del combinado albirrojo, evitó una cirugía innecesaria y lo ayudó a recuperarse para llegar al torneo que se disputó en Chile y que otorgaba dos lugares para Atenas 2004.

“Cuando íbamos a arrancar el Preolímpico, mucha fe no había en nosotros, por el grupo que nos tocó. Solo habían dos cupos para las Olimpiadas y generalmente Argentina y Brasil son los favoritos, también estaba Chile, que fue local y tenía un buen equipo”, remarcó. Paraguay integró el Grupo A y lo compartió con Brasil, Chile, Uruguay y Venezuela.

“Nos fuimos con la ilusión como todo grupo que comienza algo. Queríamos hacer un buen trabajo y dejar en un buen lugar a la selección. Durante el campeonato, nos fuimos dando cuenta que podíamos llegar al objetivo, a las Olimpiadas. Partido tras partido fuimos creyendo más en nuestras fuerzas”, subrayó Díaz.

La Albirroja terminó en la tercera ubicación y jugó por un lugar en el cuadrangular final ante Ecuador, el otro tercero. Paraguay venció en penales y el sueño continuó. El anfitrión Chile fue el primer rival en la última etapa y Díaz dijo que el local estaba más que confiado. “En la semana previa, el profe (Carlos Jara Saguier) nos dio libre para ir a caminar por Valparaíso. La prensa chilena prácticamente no nos dejaba, nos seguía. Sacaba en las portadas que Paraguay se estaba despidiendo del Preolímpico, por eso nos paseábamos”, manifestó.

“Ya nos daban por muerto. Pero ese grupo, ante la adversidad se potenció. Otro, viendo eso por la televisión, tal vez se achicaba, pero ese grupo se hacía fuerte en la adversidad. Eso nos dio un plus para el partido”, expresó. A los 62’, la Albirroja estaba en desventaja, “no se jugaba bien y en los últimos minutos, esa garra guaraní salió a flote, se empezó a dar vuelta y pudimos ganar el partido. Tras eso, como que nos inflamos, sabíamos que faltaba poco aunque después perdimos contra Argentina”.

Con tres unidades, Paraguay llegó a la última fecha con la necesidad de ganar para clasificar a Atenas 2004, y el rival fue Brasil, equipo que solo debía sumar un punto para buscar el único título a nivel de selecciones que le faltaba en aquel entonces. El solitario gol de José Devaca instaló el desconsuelo en Brasil y desató la euforia en Paraguay.

Jara Saguier utilizó la Copa América de Perú 2004 para disipar sus dudas con relación a la lista de 18 jugadores que viajarían a Grecia. Díaz no estuvo en el certamen sudamericano pero el seleccionador le aseguró que su presencia era fija en los Juegos Olímpicos.

Alrededor del mediodía del 1 de agosto del 2004, el país se enlutaba por lo acontecido en el supermercado Ykuá Bolaños. Horas después del siniestro que acabó con más de 400 personas, el primer grupo de la selección olímpica de Paraguay partía con destino a Europa para encarar los Juegos Olímpicos de Atenas.

“Fue algo muy triste. Ese día viajaba una parte del grupo y nosotros al día siguiente porque ese domingo teníamos un partido con Cerro Porteño”, recordó con pena Díaz. Estaba pactado un amistoso contra Portugal y ya en Europa, “nos enteramos que habían más de 400 muertos. Nos golpeó, pero dijimos que si conseguíamos algo importante por lo menos le daríamos una alegría a la gente. Por lo menos iba a ser como un parche para el país si hacíamos algo histórico”, resaltó.

“Cristiano Ronaldo jugó ese partido. Estaba en el Manchester United, era una de las promesas, de los cracks. Ese amistoso perdimos mal, fue por 5-0. Ni ese 5-0 le golpeó al grupo porque creíamos tanto en nuestras fuerzas”, aseveró. Tras este encuentro, Carlos Gamarra tomó la palabra. “Como es el capitán dijimos ‘este nos va a putear’. Se paró enfrente y nos dijo que el verdadero campeonato es en las Olimpiadas, esto es para corregir los errores que tenemos. Ahora hay que cerrar la boca y entrenar el doble”, detalló el exmediocampista de Guaraní.

Paraguay integró el Grupo B al igual que “Japón, el campeón asiático, Italia, el campeón europeo, y Ghana, campeón africano. Fue un grupo difícil. Clasificamos primero, mantuvimos nuestra sede, en Tesalónica. Eso fue fundamental porque hasta la final mantuvimos, no nos mudábamos. En avión, Atenas quedaba a una hora más o menos. Solo para la final nos fuimos a la Villa Olímpica, estuvimos como una semana”.

La Albirroja venció a los nipones por 4-3, cayó contra los africanos por 2-1 y llegó al último encuentro, frente a Italia de Andrea Pirlo, con la necesidad de ganar para avanzar. “Jara Saguier nos decía que era mas fácil vencer a 11 estrellas que a 11 amigos (...) Cuando uno tiene 11 estrellas, tal vez no todas pelean porque cada una quiere brillar por sí sola; pero si hay 11 amigos que se ayudan como hermanos es difícil vencerlos”, mencionó.

 Paraguay superó a Italia y fue avanzando de a poco a la final. En cuartos venció a Corea del Sur, aseguró su presencia en el podio al ganarle a Irak en semis, y en la final le esperaba un viejo conocido: Argentina, selección que llegaba invicta y con la valla en blanco. Díaz apunta que “tenía una base de jugadores clase A, de nivel mundial, un equipo de mucha jerarquía”.

Carlos Tévez, a los 18’, decretó la medalla de plata para los albirrojos que terminaron con 10 hombres por la expulsión de Gamarra en el primer tiempo. “A veces, cuando nos reunimos, pensamos que a lo mejor se pudo haber logrado algo más. (José) Cardozo no jugó esa final por lesión, era nuestro goleador. No llegamos al cien por ciento”, reflexionó el jugador paraguayo.

La Albirroja quedó a poco de agigantar aún más su campaña olímpica. Tras la derrota “quedamos dolidos, agachamos la cabeza. Uno piensa en haber estado tan cerca y que otra oportunidad no vamos a tener, porque para llegar a unas Olimpiadas es difícil, y jugar la final y poder traer el oro aún más... como que te duele”.

“Después empezás a hacer un análisis ya en frío, te das cuenta que se hizo algo importante y te vas lleno de orgullo, satisfacción. Uno se acuerda de todo el sacrificio que hizo. Nos miramos a la cara y no nos reprochamos nada. Ese grupo dio hasta lo imposible por intentar traer el oro”, afirmó el ahora entrenador de la Sub 16 de Guaraní.

Del momento de la premiación, Díaz contó que escuchar el himno de tu país en unos Juegos Olímpicos “es algo que no podés explicar. Se te viene a la mente tu niñez, tu familia, la gente que siempre estuvo contigo, que sabe el sacrifico que hiciste; te da piel de gallina, esa sensación de querer llorar, de reír; ves a tus compañeros, sabés que están sintiendo lo mismo, querés abrazarlos”.

La caída dolió, mas la medalla de plata tuvo mejor brilló que la del oro. El pueblo paraguayo tuvo instantes de alegría en un mes que arrancó con lágrimas y tristeza. Los jugadores fueron recibidos como héroes, como héroes del Olimpo. La afición acompañó el traslado de la delegación desde el aeropuerto Silvio Pettirossi hasta el estadio Defensores del Chaco, recinto que se habilitó al público para agasajar a los integrantes de un plantel que escribió una de las páginas más ilustres del deporte nacional.

“Prácticamente hubo un cordón de gente del aeropuerto hasta el estadio, salían a recibirnos con sus banderas. Fue algo maravilloso. Nunca me olvido de ese día. Llegamos después de un mes de la tragedia que enlutó al país, y ver gente feliz, con sus banderas, ver las graderías del estadio llenas, también las plateas, fue algo impresionante”, rememoró el atleta que en cada oportunidad se encargó de destacar la calidad del grupo que consiguió la presea olímpica.

Díaz cerró diciendo que el martes 28 de agosto, parte de los que ganaron la medalla de plata se reunió, casi como en cada año, para recordar la conquista histórica, compartir viejos momentos, y darse cuenta que pese al tiempo, la amistad que se formó gracias a un balón sigue viva.

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