Pechos de niños como murallas

Cada 16 de agosto es celebrado el Día del Niño, en honor a lo que ocurrió en la misma fecha, del año 1869, con un hecho que jamás podrá borrarse de la memoria histórica de nuestro país: niños asesinados en Acosta Ñu, defendiendo la soberanía paraguaya.

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“Los niños de seis a ocho años, en el fragor de la batalla, despavoridos, se agarraban a las piernas de los soldados brasileros, llorando para que no los matasen. Pero eran degollados en el acto”, es el relato crudo del autor Juan José Chiavenatto en un libro sobre la participación de niños a falta de soldados durante la Guerra Contra la Triple Alianza.

La masacre de los pequeños ocurrió el 16 de agosto de 1869, en la heroica batalla denomindada Acosta Ñu (Eusebio Ayala), donde, a falta de soldados, los niños fueron disfrazados con barbas postizas para que el enemigo los tome por adultos y les presenten combate. “Seis horas resistieron las cargas de la pesada Caballería brasilera, que vengando el engaño acabaría incendiando el campo de batalla con sus oponentes infantiles”, señala el fragmento de otro libro, del historiador argentino José María Rosa, en su libro “La Guerra del Paraguay y las Montoneras argentinas”, recopilado en un artículo de este diario.

El ejército brasileño avanzaba por el territorio paraguayo y el 10 de agosto llegó a Piribebuy, cuando ya la situación del Ejército de nuestro país era deplorable. Pese a esto, nuestros compatriotas de esa época seguían resistiendo al ataque del enemigo.

El 12 de agosto en la plaza principal de dicha ciudad ocurrió la sangrienta batalla de Piribebuy, en donde soldados paraguayos armados más de valor que con armas reales se encargaron de retrasar el avance del los enemigos.

“Fue una batalla desesperante la de Piribebuy, en donde los cañones fueron cargados con piedras, vidrios y arena porque no había balas, las mujeres combatían juntos a los hombres y si no tenían armas, tiraban tierra a los ojos de los invasores”, señala el texto.

Llegó un momento en que ya no quedaban soldados para seguir luchando y fue ahí que decidieron poner a los niños al frente de batalla.

La historia cuenta que ya luego de lo lamentable de la tragedia con una gran cantidad de niños muertos, el encargado del Ejército brasileño, mandó incendiar el sitio donde estaban los cuerpos agonizantes y también de los niños muertos, cuando sus madres iban a su rescate. El resultado fue que las madres también perecieron en el lugar. “Su orden era matar, hasta el feto del vientre de la mujer”, refiere el texto.

También el Hospital de Piribebuy fue incendiado luego de que se cerraran todas las puertas y ventanas con 600 heridos, médicos y enfermeras dentro. El Archivo Nacional de la República fue sacado a la calle y con los documentos históricos se hicieron fogatas. La sangre corría por las calles como agua de lluvia, cuando se degolló a 900 prisioneros.

La Batalla de Acosta Ñu fue algo que en las batallas bélicas del mundo no tiene comparación, no existen antecedentes de otros ejércitos integrados completamente por niños. En esta sangrienta batalla, aproximadamente 4.000 niños paraguayos enfrentaron a 20.000 soldados del Ejercito brasilero, lo que se conmemora como un acto de heroísmo sin igual. Por la masacre producida, hasta la actualidad en Paraguay se recuerda la batalla de Acosta Ñu como un episodio de gloria.

“Si hemos vencido fue porque hasta los niños paraguayos hemos matado”, fueron las declaraciones de Domingo Sarmiento ya finalizada la Guerra de la Triple Alianza. Esta es la historia de los niños mártires de Acosta Ñu, y para conmemorarlo, todos los 16 de agosto se festeja el Día del Niño en Paraguay.

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