Tejiendo una meta

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Una estudiante de Agronomía se dedica a tejer para poder costear los gastos que implica su carrera universitaria. Se trata de María Cristina Portillo Bordón (21), de Yguazú, que literalmente va “tejiendo sus metas” y asegura que si se quiere se puede.

La joven universitaria cuenta que desde hace 8 años confecciona arbolitos de Navidad y varios otros enseres para el hogar a base de croché. Manifestó que, pese a los grandes tropiezos que la vida le va poniendo, ella sigue enfocada en su meta: terminar su carrera universitaria.

En un país donde el desempleo tiene rostro juvenil, la artesana altoparanaense es una emprendedora que utiliza su talento para poder seguir estudiando. 

María Cristina comenta que su pasión por esta labor comenzó cuando tenía 13 años y que se fue perfeccionando mediante algunos cursos de capacitación. Manifestó que con la venta de sus creaciones artesanales logra cubrir los gastos de la universidad, donde cursa el cuarto año de Agronomía.

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La talentosa joven reside en el barrio San Miguel, a unos 800 metros de la ruta 7 “Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia”. La universitaria explicó que lo que más confecciona en estos últimos meses del año son los arbolitos para decorar la casa con un ambiente navideño.

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Los hace de diferente modelos y tamaños; además, puede elaborarlos de acuerdo al pedido de cada cliente. Pero no solo teje los atractivos arbolitos de Navidad, sino también tapetes, manteles, individuales, sobrecamas, fundas, juegos de baño y cobertores para bebederos, garrafas, licuadoras y otros electrodomésticos, entre otros, todos a base de croché.

La estudiante indicó que con paciencia y mucha creatividad logra hermosos tejidos que son muy apreciados por sus clientes.

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“Empecé con el croché cuando tenía 13 años y poco a poco fui mejorando. Siempre me gustaba crear algo nuevo, así que tuve que hacer algunos cursos en Ciudad del Este y otros en Foz de Yguazú, que me ayudaron muchísimo, pues me dieron varias otras ideas para confeccionar. Ahora mismo, en estos meses, lo que más me solicitan son los arbolitos de Navidad, y la verdad que no me puedo quejar, vendo todo lo que hago, y eso me ayuda a solventar los gastos de estudios, principalmente de pasaje y otros”, expresó la artesana.

Lo bueno de su labor es que puede realizarla en su casa y de esa manera también cuidar de su madre y que no le implica muchos gastos de traslado, sino solo invierte parte de su ganancia para la compra de los hilos y otros insumos.

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María Cristina señaló que cursa el cuarto curso de Ingeniería Agronómica en la Universidad Nacional del Este, con sede en Minga Guazú. Agregó que ser una emprendedora es complicado, pero que, pese a los meses duros que tuvo que sobrellevar, nunca dejó que las adversidades la alejen de su meta de llegar a culminar su carrera universitaria.

En cuanto a la cantidad, dijo que en un día confecciona tres arbolitos navideños, que vende a G. 40.000 cada uno los de tamaño souvenir, aunque aclaró que las dimensiones pueden variar de acuerdo al pedido del cliente.  

La artesana dijo que se puso como meta para fines de 2018 confeccionar guirnaldas, adornos para puertas y candelabros, ya que son muy solicitados por los clientes. 

Por su parte, su madre, doña Cristina (63), manifestó que se siente muy orgullosa de su hija, ya que siempre demuestra mucho interés por el estudio, para ello habitualmente se pasa horas trabajando con croché, incluso hasta altas horas de la noche y madrugada, con el objetivo de cubrir gran parte de los gastos.