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El proyecto trata de un puente flotante que construyó la gente de la agrupación Colectivo Aqua Alta, que ya el año pasado hizo un trabajo similar justamente con pobladores de la Chacarita. Pero este año, la cuestión fue un poco más ambiciosa; el puente debía tener una mayor extensión y tenía que terminarse en el menor tiempo posible, teniendo en cuenta que la crecida del río Paraguay iba ganado mayor terreno cada día.
La historia comenzó con el pedido de ayuda de la Pastoral Social, que a través de su Centro Comunitario Chacariteño, contactó con Aqua Alta para pedir de nuevo tener el puente para esta ocasión, por la crecida del río Paraguay. Sin embargo, no había fondos para conseguir los materiales necesarios. Fue entonces que se recurrió a los organismos del Estado y a partir de ahí se empezó a trabajar en forma conjunta entre todos los sectores. Según cuenta don Elpidio Vallejos, uno de los coordinadores de los refugiados de la Chacarita y que trabajó en este proyecto, todas las instituciones pusieron su parte para que se pueda tener este puente.
El Centro Comunitario trabajó de articulador en este emprendimiento. Mientras Aqua Alta se hizo cargo de llevar adelante la obra, el Centro se encargó de hacer las gestiones para conseguir los materiales, que fueron donados por la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) y el aporte de voluntarios del sector privado. La Municipalidad de Asunción al menos consiguió los camiones para trasladar los materiales que eran donados para el puente. Todo se realizó en cuestión de días y con gestiones múltiples, pero que permitieron lograr el objetivo.
Don Elpidio tiene 58 años y 20 de ellos hace que vive en la Chacarita, en el corazón mismo de este populoso barrio, que hoy, una vez más, está bajo agua. “Empezamos trabajando entre tres o cuatro voluntarios, pero después, cuando se dieron cuenta que la cuestión iba a tener resultados, entonces se empezaron a sumar más pobladores. Llegamos a ser más de 20 personas trabajando muy duro para terminar el puente. Todo se hizo bajo la supervisión y dirección de los técnicos de Aqua Alta” señala don Elpidio.
En efecto, por Aqua Alta, los principales rostros del proyecto fueron Horacio Cherniavsky y Viviana Pozzoli, quienes se encargaron de desarrollar los trabajos con ayuda de otros miembros de la citada organización. Aqua Alta es un grupo de arquitectos y estudiantes comprometidos socialmente con brindar soluciones urbanas a través de la arquitectura. Esta organización convocó a una decena de voluntarios que trabajaron desde un primer momento en el proyecto, ya sea como operarios, supervisores o como para juntar herramientas. Todo fue sumando.
Tras cuatro días de mediciones, del llanto de los serruchos y el ruído de martillazos y taladros, el puente finalmente quedó terminado en un 95%. Actualmente tiene 85 metros de largo y se construyó modularmente por cuestiones prácticas de transporte y producción en serie, para que la construcción pueda ser realmente participativa. Se hizo con puntales, bidones de 200 litros y pallets, básicamente materiales a disposición y que fueron totalmente donados, según los datos proveídos a ABC Color por Aqua Alta.
Desde Aqua Alta, son conscientes de que este puente -si bien representa un logro importante en cuanto al trabajo colectivo y la asociación público/privada- no representa de ninguna manera una solución definitiva al drama que tienen las familias que viven en las zonas bajas de la Chacarita y de otras zonas de Asunción, que debido a la crecida de los ríos, hoy deben abandonar sus viviendas. En efecto, actualmente solamente en la capital del país, unas 18.000 familias fueron desplazadas de sus hogares, mientras que en todo el país, los desplazados suman unas 100.000 familias.
“Si bien esta es una acción "de emergencia" estamos convencidos de que estas situaciones pueden ser resueltas desde la prevención y apuntamos a proponer estrategias y elaborar proyectos que sirvan para disminuir y evitar el impacto que generan estas condiciones tan desfavorables, que no afectan solo a un barrio, como país lo sufrimos todos!” expresa esta agrupación desde su página de Facebook, en donde se pueden ver también todas las fotos de los trabajos realizados con este puente flotante.
Don Elpidio dice que actualmente falta colocar los pasamanos, para poder brindar una máxima seguridad a los vecinos que deben utilizar el puente para salir o entrar a sus barrios. “Cuando empezamos la gente no creía, porque así pues es el paraguayo, pero ahora estamos muchos voluntarios y cada día hay más gente que quiere trabajar, porque ven los resultados” expresa don Elpidio, que añade, con mucho optimismo "Con este puente pasamos al frente, porque se demostró que la cooperación ciudadana es fundamental y la solidaridad de todos una vez más salió a la luz". El optimismo de don Elpidio se refleja iguamente en todos quienes trabajaron de alguna manera en el proyecto, pues se sienten partícipes de un plan que puede aplicarse en otras esferas para crear soluciones ciudadanas.
El puente sirve para unir a todo un sector que actualmente está informalmente asentado -en la zona denominada “Barrio Refugio”- con la zona céntrica de Asunción. Gracias al puente, igualmente, los vecinos de la Chacarita pueden tener un acceso más directo –porque de lo contrario, deben cruzar toda la costanera e ir por Artigas, lo que les llevaría más de una hora de caminata- pero lo principal es que mediante el mismo, los pobladores podrán hacer una evacuación más rápida, ante cualquier emergencia.
Pero más allá de servir como una alternativa de evacuación o de un acceso más directo al microcentro, lo mejor que hace el puente es unir a los sectores público, privado y de organizaciones civiles para encontrar soluciones en una situación de emergencia. Un modelo que puede aplicarse también para buscar soluciones definitivas en otras coyunturas. Lo mejor de este puente es que une esperanzas.
abenitez@abc.com.py - @aldo_be
Fotos: Facebook de Aqua Alta