La paraguaya aventurera

Leticia Vázquez siempre supo que sus sueños iban más allá de lo que el sistema académico paraguayo ofrecía. Cuando surgió la oportunidad de emprender una aventura con destino a EE.UU no lo dudó. Este año, la compatriota se graduó con honores en Colorado.

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Hace 8 años, María Leticia Vázquez Prieto (31), decidió emprender una aventura con destino a Norteamérica para experimentar el mundo lejos de casa. Era plenamente consciente de que su sueño no era nada fácil. Era dejar las tardes en la casa de la abuela, los domingos de humeante asado con los primos, y el cariño de mamá. Ni siquiera lo hizo por necesidad, aquí no le faltaban el trabajo ni el sustento. Muchos fueron los que le preguntaron por qué quería arriesgarse yendo tan lejos.

Pero sus sueños eran más grandes que las limitaciones que le imponía el sistema educativo de nuestro país.

Siempre estudió inglés y el sueño de conocer Estados Unidos estaba latente, pero fue un evento específico el que la motivó a armar las maletas definitivamente.

Se había graduado con honores de docente parvularia en una universidad privada de Asunción, y pese a los intentos que hizo por que el gobierno le consiguiera alguna beca que le permitiera seguir estudiando, no logró nada. Sus altas calificaciones solo le sirvieron para hacer numerosos papaleos, y que finalmente le dijeran que no tenían recursos disponibles.

Los cursos que venía realizando desde hace algunos años en el Ministerio de Defensa le sirvieron para acceder al programa de una agencia denominada Au Pair international, similar a los denominados de intercambio, con la diferencia de que no vendría otro estudiante en su lugar.

Ni bien se le presentó la oportunidad, la tomó, y se mudó a vivir a Denver, capital del estado de Colorado (EE.UU) junto con una familia que le proporcionó todo el respaldo económico para seguir sus estudios, clases de inglés, y, según cuenta, la trataron como a una hija más.

En un principio, tenía planeado quedarse a experimentar la cultura estadounidense solo por un año, pero la familia con la que vivía le pidió que se quedara otro año más. Luego, la vida le fue llevando por otros caminos y ya no quiso regresar a Paraguay.

No podía pagarse una universidad privada, por lo que desde un principio supo que buscaría la oportunidad en una universidad pública. Así fue como llegó hasta la Colorado Heights University. Fue en esta casa de estudios que los cursos de inglés que eran solo con la familia anfitriona, se convirtieron en un estudio mucho más profesional, en una universidad en la que le formaron para que el inglés se convirtiera en su segunda lengua.

Este primer ingreso a los cursos de inglés fue un paso importantísimo, pues de ahí ya era parte del cuerpo de alumnos, y no implicó mucho más trámite incribirse a la carrera de International Busines (Comercio Internacional).

Tras años de esfuerzo, finalmente, este diciembre, nuestra compatriota se graduó con los más altos honores en la universidad estadounidense, dejando bien en alto los colores de a bandera guaraní.

“Cuando me dieron la toga no me dijeron nada. Recién al escuchar mi nombre recién una persona me dijo que yo tenía una distinción especial por las calificaciones”, contó Leticia en contacto telefónico con ABC Color.

Hoy, con la carrera culminada, Leticia se abre ante un abanico de opciones, aunque no ha tomado una decisión. Una parte de ella quiere quedarse en Colorado, donde ya hizo amigos y formó una vida. Pero en sus sentimientos está el cariño y anhelo que le tiene a su familia, a quien, con suerte, ve en cada Navidad.

La visa es otro de los grandes desafíos para Leti, pues, durante el tiempo que se desempeñó como estudiante, poseía el documento de universitaria. Ahora tendrá que buscar la forma de conseguir un buen trabajo para mantener su documento legal.

La mención honorífica que recibió le servirá para tener la oportunidad en una empresa donde, de desempeñarse adecuadamente, podrían darle una visa legal que dure, al menos, algunos años.

Al consultarle qué fue lo más difícil de todos estos años, Leti admite que la vida le dio bastantes facilidades. Incluso, en la universidad donde estudia, dan bastante espacio a jóvenes extranjeros, muchos de países, de los que ella ni siquiera había oído hablar. Recién hoy se encuentra ante la disyuntiva más difícil de su carrera. Si consigue un buen trabajo, se queda, pero si no, tampoco descarta la posibilidad de volver a Paraguay.

“La visa de trabajo depende de los jefes. Porque si te quieren contratar le están sacando el lugar a otro americano. Entonces, deben argumentar bien que realmente vos les sos útil en ese puesto”, explica.

Si hoy mismo decide venir a Paraguay, confiesa que se sentiría “una visita”. Todos mis amigos ya tienen su familia, mis padres y hermanos vinieron a verme por mi graduación, pero sería difícil. Es una mezcla de sentimientos”, cuenta. Tenía pensado inscribirse a una maestría, pero el costo es el doble de lo que representaba su carrera, por lo que ahora tendrá que esperar, hasta tanto tenga mejores ingresos. “Veremos cómo se dan las cosas”.

Una cuestión que sí la indigna bastante es la sensación de inseguridad y miedo que siente cada vez que visita Paraguay. Dice sentirse orgullosa de su patria y menciona que es paraguaya en todos lados, pero reconoce que cuando está aquí, siente miedo hasta de pasear en la calle.

“Me da mucha rabia, mucha impotencia que en Parqaguay te roben un celular de G. 200.000, y acá yo me pueda pasear con mi teléfono”, expresa.

Más allá de todos los pros y contras, para Leticia es indiscutible que aquel arranque decisivo que tuvo hace ocho años, le permitió vivir una de las experiencias más increíbles de su vida. “A veces me pregunto cómo sería mi vida si todavía estuviera en Paraguay”, expresa antes de despedirse del contacto telefónico.

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