Cinco discos de Andrés Calamaro

A cinco días del quinto concierto de Andrés Calamaro en Paraguay, cinco álbumes para hurgar en el ADN del cantante.

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Este sábado 15 de octubre volverá a pisar un escenario paraguayo. El cantante y compositor argentino Andrés Calamaro estará de regreso al Paraguay para un show eléctrico, meses después de editar Romaphonic Sessions (2016), en un break de una gira acústica.

Entre canciones oscuras como Clonazepán y circo, la versión original de Tuyo siempre, la frescura de Mi gin tonic y el guiño a la bandera paraguaya en Bachicha, cinco discos para hurgar en su discografía.

Compuesto entre largos viajes de aviones y carrera en medio de su gira de Alta suciedad (1997), Calamaro fusiona su espíritu libre con géneros como rock, reggae, tango y bossa nova. El inspirado cantautor presenta al mundo en un disco doble canciones inolvidables como El día de la mujer mundial, Te quiero igual, Clonazepán y circo y Paloma.

Fin de siglo y principio de otro. Días y noches de excesos y una tóxica inspiración codo a codo con Marcelo “Cuino” Scornik llevan al artista a grabar su obra más extensa: El salmón. Con su canción homónima como carta de presentación, el artista protagoniza y comparte creaciones radicales como Tuyo siempre (en su versión original), melodías perfectas como Revolución turra, poesías trasnochadas como Mi funeral 11 y Qué ritmo triste, entre versiones y reversiones propias y ajenas, oficiales y extraoficiales...

Otros tiempos llegaban. Lejos quedaba el descontrol de El salmón para navegar en un repertorio de clásicos (El cantante, 2004) y, finalmente, hacer gala de un verdadero regreso. Con sus eternas melodías solistas, entre un Tuyo siempre convertido en cumbia, duetos con Juanjo Domínguez (Por una cabeza), Javier Calamaro (No me nombres) y Juanse (Desconfío), Calamaro toca el cielo con las manos y confirma un reconocimiento continental.

El autor sufrido quedaba lejos, pero la popularidad seguía creciendo. Tras darse el gusto con un memorable álbum de tangos (Tinta roja, 2006) y un disco de colaboraciones con el gran Litto Nebbia (El Palacio de las Flores, 2006), el Calamaro más masivo y radial capitalizaba sus melodías para hace vibrar con Los chicos, Sexy y barrigón y La mitad del amor.

“(...) Impresos en tres colores guaraníes”, repite Calamaro en el estribillo de Bachicha, un inédito lanzado en el recopilatorio para coleccionistas. El hallazgo acompaña ya clásicos de su repertorio -temas como Flaca, Crímenes perfectos y Me arde, desde Alta suciedad-, pasando por sencillos de Honestidad brutal, El salmón, La lengua popular, El cantante, El regreso y El Palacio de las Flores.

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