Agentes de la Policía Federal allanaron un departamento en el exclusivo barrio Leblon de Río de Janeiro en busca del cambista considerado como un “hermano” por el presidente Horacio Cartes. Si bien la búsqueda no arrojó el resultado esperado, específicamente la aprehensión del ciudadano brasileño, los intervinientes se hicieron de numerosas evidencias de su lujosa vida.
Entre las pertenencias se destacan joyas y una colección de obras de arte del reconocido Emiliano Augusto Cavalcanti de Albuquerque e Melo, más conocido como Di Cavalcanti, considerado como el padre del modernismo brasileño, uno de ellos incluso tiene una dedicatoria a Mordko Messer, padre del buscado por la Interpol.
La comitiva encontró también cientos de joyas, incluyendo collares, pulseras, colgantes y anillos. En medio del lujo, hasta la basura del empresario llamó la atención, ya que en un cesto de basura se encontraron centenares de papeles triturados en una de sus oficinas.
Medios internacionales destacan la cercanía del cambista con orden de captura internacional con el presidente de la República, Horacio Cartes. El portal El País de España resaltó que Messer supo construir un envidiable historial en el mercado financiero ilegal.
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Messer se ha convertido en uno de los principales objetivos de la justicia del vecino país por su participación en el megaescándalo de corrupción conocido como Lava Jato. Se lo sindica como responsable de lavar cerca de US$ 100.000.000 para el exgobernador de Río, Sergio Melo, actualmente preso.
El cambista encontró en Paraguay un refugio ideal para continuar con sus actividades mediante la cercanía con el jefe del Ejecutivo. Se naturalizó paraguayo y se movió libremente por nuestro territorio sin ser molestado, adquirió propiedades en el exclusivo Paraná Country Club y concretó inversiones varias.
Mediante el vínculo, Messer acompañó misiones oficiales en el exterior y hasta se vio beneficiado por decretos del Gobierno. De acuerdo a referentes anticorrupción del vecino país, la ventaja principal que tendría Messer en el país sería la imposibilidad de ser apresado.
El sistema se llamaba “bank drop”, existió desde 1980 y desde entonces habría realizado transacciones por valor de 1.600 millones de dólares en sobornos a través de 3.000 empresas offshore con cuentas bancarias en 52 países.
