Rosa Lezcano, madre del suboficial mayor de Policía Osvaldo Ramírez Lezcano, de 39 años de edad, quien a las 19:00 de ayer fue asesinado cuando se disponía a ingresar a su casa, en el barrio Centro de Curuguaty, departamento de Curuguaty, conversó con ABC Cardinal . El uniformado fue interceptado por dos hombres que se movilizaban a bordo de una motocicleta.
En conversación con radio ABC Cardinal, comentó que hoy justamente se cumplen cuatro años desde que enterró a su primer hijo. “La verdad que no hay palabras; hoy hace cuatro años que enterré a un hijo (fallecido en un accidente en Buenos Aires) y hoy estoy enterrando a otro. Ya solo me queda un hijo vivo”, lamentó. La desconsolada mujer aseguró que ni siquiera saben el trasfondo del asesinato. Qué puedo decir, qué puedo pedir, no tengo palabras, no hay... No sé, no tengo palabras, no sé a quién repudiar, solamente sé que vinieron y frente a su casa le mataron”, relató.
Comentó que la última vez que habló con su hijo fue ayer, al mediodía, horas antes de ser baleado. Con respecto a si en la ocasión le había comentado algo, indicó que “él jamás me va a preocupar en ese sentido. Sabe la situación que pasamos y solamente me dijo que no me preocupara, que él estaba bien”, refirió. Al consultársele sobre el motivo de estas últimas expresiones para tratar de darle tranquilidad, se limitó a señalar que “él fue trasladado de Curuguaty a Asunción y de Asunción le mandaron otra vez a Ciudad del Este”. Indicó que la familia es oriunda de San Pedro del Ycuamandyyú, donde a las 14:00 partirán desde Curuguaty para el sepelio.
Sobre los datos que maneja en torno a los asesinos, reveló que su hijo ya estaba siendo acechado desde antes, cuando se encontraba participando de una jornada de vóley. “Ayer estaba en un vóley y hay compañeros que estaban en el vóley; esos dos muchachos (los sicarios) ya estaban había sido, le siguieron desde la cancha de vóley hasta su casa para matarlo”, refirió. Según detalló, los sicarios inicialmente se limitaron a observarlo durante el encuentro deportivo, aparentemente ya planeando su fin y aguardando el momento. “Solamente compraron una cerveza y estaban observándole a Osvaldo”, relató.
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Al insistírsele sobre algún motivo que impulsó a los homicidas, la madre se limitó a señalar: “Ustedes saben bien, no les voy a decir, ustedes saben en qué país estamos, en qué lugar estamos. Curuguaty es lugar de sicarios, acá se da una orden y como gallinas matan a la gente”, expresó. Lamentó que, pese a las sucesivas muertes violentas, “pedimos justicia al santo cohete. No sabemos, no quiero decir cosas que no son... Entonces no... tengo que saber bien”, manifestó al reafirmar que no tiene datos certeros sobre el trasfondo del crimen.