“Doy gracias por todo lo que pasé, porque pude fortalecer mi figura política y profesional”, dijo Bacigalupo a ABC Cardinal.
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Rememoró el episodio que causó que sea destituida del Ministerio de Justicia, relacionado al traslado de Jarvis Chimenes Pavao de Tacumbú a la Agrupación Especializada. En ese sentido, sostuvo que cuando llegó la orden judicial que impedía el traslado que el presidente de la República ordenaba, mantuvo con él una conversación telefónica. “Después de dialogar con Cartes y explicarle cómo se tienen que hacer las cosas, le hago entender que debíamos hacerlo con el ministro Francisco de Vargas, pero él (Cartes) no aceptó”.
Dijo que, de camino a la casa del por entonces ministro del Interior para llevar adelante el imperativo de Cartes, recibió la llamada de Juan Carlos López Moreira en que le informaba que quedaba despedida.
“No hubo una desobediencia como quiso instalar a través de sus medios y a través de su ministro que asumió después de mí, Éver Martínez. No se podía contrarrestar lo que él decía, por la vinculación de su padre (Diógenes Martínez) con Cartes”.
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“Tengo más de 20 años de carrera profesional y no hay ninguna prueba contra mí”, dijo en defensa ante las acusaciones desde el Gobierno de que ella había inaugurado las mejoras dentro de Tacumbú, incluyendo la celda VIP donde vivía Jarvis. “En mi gestión prohibimos los espacios privilegiados en cualquier cárcel, pero los directores de cada cárcel son los responsables de los espacios. Una ministra no puede fiscalizar cada una de las 20 cárceles”, indicó.
Sostiene que las veces que fue a Tacumbú, jamás la dejaron ver irregularidad alguna en cuanto a privilegios a internos. “Ese sitio donde estaba Pavao nos decían que era una biblioteca. Dentro del sistema penitenciario hay niveles de corrupción altísimos”, enfatiza y está convencida de que este esquema de corrupción se trasladó a la Agrupación Especializada. “No podemos ocultar el sol con un dedo; la Policía ejerce una corrupción impresionante”, sostuvo.
Reveló que existen tarifas que son aplicadas a las personas que van al Departamento Judicial de la Policía, donde se consigue evitar que una persona pase a la cárcel. “Yo, cuando era jueza, no entendía por qué se quedaban 20 días, un mes, y empezamos a indagar y nos encontramos con que había tarifas altísimas para evitar pasar a la cárcel”.
Dijo que durante su gestión se empezó un plan de reforma. “No se puede erradicar la corrupción en el sistema penitenciario de la noche a la mañana. Hicimos muchos sumarios, echamos a muchos guardias, pero es un proceso que lleva años. Si continuábamos, íbamos a mostrar cambios sustanciales”.
Reconoció haberle reclamado una vez a su primo José Ortiz sobre el despido de su marido, Federico Ribeiro, quien trabajaba en Conatel, luego de que ella sea echada del Ministerio de Justicia. “Cuando a mí me sacaron, me vieron en una foto con Marito y le sacaron a mi marido de su puesto. A mí me afectó en la economía, entonces le escribí (a José Ortiz), le mandé un mensaje y le eché en cara, le dije que por qué teníamos que pasar esas injusticias. Pero no tuvo eco el reclamo”, acotó.
Como futura ministra de Trabajo, cree que el aumento del salario mínimo de forma automática es una solución que no le parece mal, pero aboga por intensificar el trabajo con los sectores que aún se desenvuelven en la informalidad y no perciben el mínimo.
“Hay un ajuste estructural que hacer en cuanto a la formalizacion. Que todos los informales sean formales. Hay que reconocer una desidia del Estado de no formalizar ese sector informal que impide que muchas más personas se beneficien de este reajuste”, refirió.
Con respecto al primer empleo, dijo que está ideado un proyecto de ley de trabajo de tiempo parcial para que los jóvenes puedan dedicar la mitad de la jornada al trabajo y la otra al estudio. “Vamos a poder generar más de 300 mil empleos en mediano tiempo”, aseguró.
Reconoció que hay falencias en las capacitaciones con respecto a las necesidades del sector laboral. “Sabemos que hay gran demanda de carniceros, pero no hay mano de obra. También en técnicos de electricidad, reparación de tractores de alta complejidad. Ya hablamos con la UIP y otros gremios para crear una malla curricular que haga ese vínculo con las necesidades de trabajo. El gran desafío que tenemos es unir la demanda laboral con la capacitación”, enfatizó.
Finalmente, expuso que hay tres grandes grupos vulnerables en cuanto al acceso de empleos, el cual deberá ser otro de los frentes de lucha durante su gestión: en primer lugar las mujeres, en segundo los jóvenes y en tercer lugar los adultos y adultos mayores, “este ultimo uno de los proyectos más difíciles de encarar”, finalizó.
