Cuatro barrios se vuelven vertederos

Con los años se han formado vertederos clandestinos en los cuatro barrios aledaños a Cateura, que como un cáncer se han incrementando ante el silencio de las autoridades. Las consecuencias sociales en los pobladores son innumerables.

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“Tienen lesiones por el trabajo mismo: cortes, heridas punzocortantes, infecciones que causan esas heridas, infecciones de piel y respiratorias; ellos sufren principalmente por estar mucho tiempo trabajando insalubremente”, manifestó Miguel Ayala, director de la Unidad de Salud Familiar San Blas, sobre los gancheros y otros pobladores de la zona de Cateura.

Unas 5.000 personas dependen de la unidad. “En los niños aparece la parasitosis por el lugar, por la tierra, ya que el contagio es por contacto fecal-oral”, comentó.

Las consecuencias en la salud no son las únicas para los barrios aledaños de Cateura (Jukyty, Santa Librada, San Cayetano y Republicano).

Así lo confirmó Irene Kulmán, profesora de Tercer Ciclo de la Escuela San Miguel de Fe y Alegría, quien aseguró que los motivos de ausencia de los aproximadamente 400 estudiantes suelen ser el dengue, o el trabajo, ya que varios del tercer ciclo ya son gancheros o vendedores.

El equipo de investigación EN 360 pudo realizar un recorrido por el vertedero y obtener imágenes exclusivas. Los alrededor de 500 gancheros no tienen uniformes acordes.

A la hora de recoger los residuos se produce una “guerra campal” desde antes de que el camión recolector arroje la carga, los trabajadores se ubican bajo las máquinas y más de uno ya cayó herido.

El caso de la niña Liz Méndez, de 10 años, es el más representativo, ya que falleció aplastada por una topadora en medio de la basura en el 2014.

El funcionamiento de Cateura se ha consolidado ya que la empresa Empo SA es la única que tiene la concesión. Pese a que nunca ha realizado el traslado del vertedero, solicitado en el contrato, ninguna autoridad ha accionado.

Los gancheros, quienes son los que más sufren, no se atreven a hablar por miedo a quedarse sin trabajo, convirtiéndose en cómplices.

A esto se suman los millones que debe pagar la ciudadanía asuncena por un sistema deficiente (Ver infografía).

“Nosotros no es que no queramos irnos de Cateura. Desde el año 2010 queremos, pero hubo trabas (…) no veo que nadie se preocupe de por qué no nos vamos. Nosotros estamos acá atados”, criticó el ingeniero Óscar López, director técnico de Empo SA.

Explicó que el problema judicial con la Comuna de Villa Hayes imposibilita el traslado a esta ciudad y que el contrato con Asunción contempla que la mudanza depende de que se levanten las acciones judiciales.

Como no hay autorización de recibir basura de otras ciudades en Cateura, existe otra mafia. Hay al menos seis vertederos clandestinos en el mismo barrio.

 

Diariamente llegan camiones con residuos de otras ciudades que son depositados ilegalmente y sin ningún control en estos sitios. Cientos de personas trabajan allí haciendo la separación de lo reciclable y la basura.

En el número 2 de nuestra primera infografía se puede ver el lugar exacto en donde se encuentran.

Los gancheros que reciben una miseria por su trabajo viven en casas contaminadas de la basura que ellos mismos reciben. Se sitúan a orillas de la laguna Cateura, que finalmente tiene conexión al río Paraguay y a diferentes arroyos.

Francisco Rolón, poblador y reciclador, nos mostró su casa, en donde pudimos ver la gran cantidad de bolsas de basura en todo el terreno, incluso en la calle. Comentó que luego de que reciclan lo que les trae, el residuo sobrante lo utilizan como relleno para los terrenos. Fue así que “lograron” levantar la zona que era como un humedal, al situarse al lado de la Laguna Cateura.

Los municipios del Área Metropolitana son cómplices de realizar esta ilegal disposición de basura. Todo ocurre bajo el conocimiento de las autoridades de la Municipalidad de Asunción, la Fiscalía del Medio Ambiente y la Secretaría del Medio Ambiente (SEAM), puesto que el problema está desde hace años y no es un secreto.

El director Municipal de Servicios Urbanos, Rodrigo Velázquez, reconoció que conocen el problema, pero dijo que no es una función de su dependencia buscar una solución a ello.

Mientras tanto, una empresa sigue ganando millones pagados por los contribuyentes asuncenos, cuatro barrios sufren las consecuencias sociales, y el medio ambiente no está en la agenda de las autoridades.

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