El nombre de Moreno Gómez sonó con fuerza en octubre de 2015 luego del acribillamiento de un oficial de policía de Investigación de Delitos de Amambay, presuntamente como parte de una venganza por parte de narcos de la zona fronteriza tras las constantes extorsiones.
A cambio de la liberación de una carreta repleta de cocaína, los criminales tuvieron que pagar unos US$ 300.000, según un informe confidencial interno de la Policía, que afirmaba que los traficantes fueron extorsionados tres veces por la Policía en una misma noche.
En aquel entonces, el titular de Investigación de Delitos era el comisario Marcelino Espinoza Medina, aunque operaba directamente bajo las órdenes del por entonces jefe de Policía de Amambay, comisario principal Fredy Mario Antonio Moreno Gómez, camarada del comandante, comisario general Críspulo Sotelo.
Los agentes, supuestamente, acordaron con el “patrón” a cargo de la cocaína la liberación de la carga por US$ 200.000 y se retiraron, pero después avisaron sobre el “trabajo” a otros compañeros, que a su vez habrían vuelto a interceptar minutos después el mismo rodado y exigieron otros US$ 150.000, aunque en este caso el “arreglo” se cerró en US$ 100.000.
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Aquella situación se salió de control cuando un tercer grupo de policías de la misma unidad retuvo esa noche la misma carreta con la misma intención, pero esta última y osada maniobra ya enfureció a los narcos, quienes amenazaron con eliminar a todos los intervinientes.
Pese a la eliminación del policía Óscar Selvino Vargas por este caso, la cúpula policial de Amambay hizo la vista gorda a las amenazas. El ahora director interino de Logística de la Policía fue señalado como uno de los supuestos “beneficiados” de aquella triple extorsión y simplemente fue trasladado pero nunca investigado.
