La movilización obedece a que la fábrica detuvo la zafra como medida preventiva para la limpieza de las piletas de desagüe del ingenio. José Antonio Quiroga, uno de los empleados de la azucarera, manifestó que, luego de que la fábrica haya parado la zafra, unas 1.200 familias se vieron afectadas por la falta de trabajo.
Agregó que para ellos la contaminación del río Tebicuarymí es solo un "teatro" realizado por algunos pobladores de Itapé. Los manifestantes exigen que la fábrica continúe trabajando normalmente; señalaron que para ellos lo que importa es trabajar y llevar el pan de cada día a sus hogares. Por otro lado, durante la movilización gritaban la frase "¡Si no trabajás, estorbás!", tildando de haraganes a los pobladores de Itapé.
Estudiantes de Tebicuary expresaron que la fábrica es el único sustento de toda la zona y que si la azucarera deja de trabajar en estos momentos no podrán pagar sus estudios, ya que están en épocas de examen y no tienen ni para abonar el derecho al mismo. Por su parte, los vecinos amenazaron con que en los próximos días unas 1.500 personas más se movilizarán frente a la fiscalía.
Por otro lado, personas que prefieren mantenerse en el anonimato explicaron que la movilización es guiada por el propio gerente imputado, Raimundo Pedrozo, como medida de presión dirigida a la agente fiscal de Delitos contra el Medio Ambiente, Martha Leiva.
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