Hermetismo sobre siniestro aéreo

Las conclusiones de la investigación iniciada tras el accidente aéreo que dejó como saldo un teniente muerto y un cadete herido no se difundirán, reveló el vocero de las FF.MM, quien alegó que este tipo de datos “suele utilizarse para cortar cabezas”.

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Expertos del Centro de Investigaciones y Prevención de Accidentes Aeronáuticos (Cipaa) iniciaron una investigación tras la caída de la aeronave de práctica, ocurrida el 20 de enero de este año. En ese accidente falleció el teniente Rolando Hugo Marcial Sánchez (30) y resultó gravemente herido el cadete Orlando Zárate Solís (19), quien el pasado jueves fue dado de alta por médicos del Hospital Militar.

El avión de la Fuerza Aérea Paraguaya (FAP) en el que iban ambas personas salió del aeropuerto Silvio Pettirossi, pero al tomar vuelo tuvo un desperfecto y cayó a pocos metros de la pista de despegue. Con el impacto, la nave se incendió por completo. Al inicio de las investigaciones se dijo que el piloto no había comunicado ninguna falla de la aeronave en el momento del despegue, por lo que no se pudo especificar desde qué altura cayó la nave.

Según el coronel Néstor Zalazar, director de Comunicación Social de las Fuerzas Militares, tras más de 40 días de iniciado el proceso, aún no hay ninguna conclusión, ya que recién ahora podrán tomar la declaración del cadete que afortunadamente logró recuperarse.

Pese a que pronto se conocería la causa real de la caída del Cessna 210 de la Fuerza Aérea Paraguaya (FAP), el alto jefe militar aclaró que los resultados de las pericias no serán difundidos, ya que “las investigaciones aeronáuticas no son para el público, son para la gente involucrada (pilotos, mecánicos, familiares de las víctimas, etc)”.

Como justificación del hermetismo con el que manejan este tipo de información, alegó que una vez que este tipo de procesos cobra estado público “suele servir para cortar cabezas” y que, lejos buscar eso, lo que intentan es “aprender de los errores”. Informó además que dichas conclusiones tampoco pueden ser utilizadas para posibles investigaciones penales.

Al ser cuestionado sobre el porqué de esta medida, atinó a decir que “cada avión es responsabilidad del piloto”. Esta afimación lleva a pensar que la responsabilidad del trágico accidente sería atribuida al difunto teniente Rolando Hugo Marcial Sánchez.

Tras el accidente, los familiares de las víctimas habían denunciado que muchas aeronaves de la Fuerza Aérea son obsoletas y ponen en peligro la vida de los pilotos. Sobre esto, las autoridades militares alegaron que no manejaban esa información y aseguraron que el avión siniestrado, al igual que los otros utilizados en la unidad, tienen el programa de mantenimiento normal.

Trascendió además que la nave Cessna 210 que cayó en Luque es parte de un lote de avionetas incautadas durante una operación antidrogas en Amambay.

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