Recientemente fue elevado a juicio oral y público la causa por procesamiento ilícito de desechos de la Matadería Municipal de San Lorenzo, la cual fue intervenida por la Secretaría del Ambiente junto con otros 118 establecimientos entre el 2012 y el 2013, por contaminar el emblemático lago todavía clausurado debido al impacto ambiental.
La fiscalía identificó a Patricia Carolina Arce Presentado como responsable de la matadería comunal, quien fue imputada por procesamiento ilícito de desechos y violación a la Ley 716, que sanciona delitos contra el medio ambiente y se expone a recibir pena privativa de libertad de hasta cinco años o multa de 500 a 1.500 jornales mínimos.
El establecimiento fue clausurado por orden del juez Gustavo Bóveda, como consecuencia del daño ambiental causado por el vertido de sangre de los animales vacunos sacrificados al arroyo San Lorenzo, confluente del lago Ypacaraí, lo que fue constatado por una comitiva interinstitucional.
Este caso había llegado a la Fiscalía gracias a la denuncia realizada por la Comisión Vecinal San Juan Bautista, en la temporada en que el arroyo de la ciudad y el lago se encontraban en deplorable estado a causa del vertido de desechos.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Esta matadería ya había sido objeto de investigación en el 2009 durante el gobierno municipal de Albino Ferrer (ANR), cuando la María Bernarda Álvarez, constató en setiembre de ese año que se estaban vertiendo desechos sin tratamiento al arroyo, especialmente sangre de animales faenados y excrementos. Además, pudo corroborar la precariedad y falta de higiene en la que funciona el establecimiento, donde se faenan entre 30 a 40 cabezas de ganado vacuno por día.
Fotografías captadas desde el interior del establecimiento revelaron la completa insalubridad en la que se desenvolvían las actividades, con restos de animales por todos lados, además de cómo el arroyo se teñía varias veces al día como consecuencia de la sangre vertida directamente, lo que causaba un olor nauseabundo en todo su trayecto hasta el Lago Ypacaraí.
