El último episodio se dio el viernes 18 de diciembre pasado cuando el campesino Julián Ojeda Espínola, de 49 años, fue ultimado con disparos de fusil en un monte de Alvarenga Cue, en Kurusu de Hierro. En principio se decía que fue abatido el líder del EPP, lo que luego se desmintió.
Según la FTC, el abatido es miembro del grupo armado, pero para su hermano Basilio Ojeda Espínola, él no tenía ninguna vinculación con el EPP ni con la ACA. Señaló que lo mataron sin sentido y que va a denunciar el hecho debido a que su hermano deja nueve hijos.
Ojeda Espínola, el día que fue abatido, estaba vestido con una camisa camuflada, jeans y botas, tenía con él una mochila con proyectiles sin percutir, calibre 7.62 y 5.582, que son utilizados en fusiles. También bebidas, cigarrillos y alimentos cocidos, aparentemente sopa paraguaya, lo cual significa que lo había preparado recientemente, según el médico forense que lo inspeccionó.
Otro de los casos en los que hasta el momento se desconoce que pasó, fue lo ocurrido en horas de la tarde del 5 de setiembre del 2014 en la localidad de Kurusu de Hierro, donde supuestamente los integrantes de la FTC querían tomar por asalto un campamento donde debían reunirse al menos cuatro integrantes del brazo armado del EPP con sus principales colaboradores logísticos, pero que inesperadamente fueron detectados por los delincuentes, quienes supuestamente abrieron fuego.
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Resultaron abatidos los hermanos Hermenegildo Ovelar Candia (31) y Marcos Ovelar Candia (26) y resultó herida y hasta imputada María Gloria González (46). Los familiares denunciaron que los militares “plantaron” las evidencias que habían sido exhibidas como prueba en contra de los abatidos.
El 26 de noviembre del 2014 en Cuero Fresco, Horqueta, una explosión en horas de la noche costó la vida del capitán de Ingeniería Enrique Piñánez Ciancio y el suboficial José González Ferreira. Mientras que el agente especial de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) Juan Manuel Jara sufrió severas lesiones auditivas y un cuarto supuesto agente encubierto solo tuvo heridas puntiformes leves.
El padre del capitán, el Gral. Herminio Piñánez, y su hija Gloria denunciaron las graves sospechas que tienen sobre el accionar de la Fuerza de Tarea Conjunta. Ambos no solo ponen en duda quiénes fueron los responsables de la muerte del capitán de Ingeniería Enrique Daniel Piñánez, sino que denuncian que la explosión fatal sería un acto de terrorismo de Estado.
Denunció que su hijo empezó a ser perseguido desde la muerte del comisario Manuel Escurra, debido a que estaba implicado en la investigación de la muerte del uniformado que fue atribuida al grupo criminal. Sin embargo, según lo comentado por Piñanez a su esposa, sus propios hombres asesinaron al uniformado.
Gloria relató ante el Ministerio Público que su hermano estaba “marcado ” por la FTC y como dato llamativo señaló que cuando el capitán denunció por escrito las irregularidades, el entonces comandante del Ejército, general Luis Gonzaga, le rompió el escrito por la cara y le dijo que lo vuelva a hacer.
Hasta el momento la fiscalía antisecuestro no ha logrado esclarecer el hecho ocurrido en Cuero Fresco. Desde la FTC decían que en el momento tenía una información sobre la supuesta entrega de explosivos en la zona para la ahora extinta Agrupación Campesina Armada (ACA). Otra de las versiones es que Piñanez debía ingresar un explosivo al campamento de los criminales.
Otro hecho similar se dio el 12 de abril del 2012. Agustín Ledesma, un joven sordomudo, fue baleado en el cuello por policías en la localidad de Arroyito, departamento de Concepción. El mismo posteriormente falleció en el Centro de Emergencias Médicas, tras el confuso operativo realizado por efectivos de la FOPE.