“Un error imperdonable”

La impotencia, la tristeza y la desesperación son los sentimientos que describe Gilda Vierci en una carta que fue difundida a través de las redes sociales, en la que expresa el dolor por la pérdida de una inocente vida, la de una niña de tres años que encontró la muerte mientras acompañaba a su abuelo, Ulrico Zanotti, en un cañaveral de Nueva Italia.

Durante un operativo de la Senad, en el que se desató una balacera, la niña recibió un impacto en la cabeza, que primero la dejó con muerte cerebral y horas después se constató su deceso.

“Esta mañana he vivido una historia de terror. He visto a una madre con el alma desgarrada, llorando desesperadamente la pérdida de su única hija, preguntando a gritos '-¿Qué voy a hacer ahora sin mi princesa?´. A una abuela desarmada del dolor por haber perdido a su nietita, a quien llevaba en brazos cuando recibió el impacto de bala que le sacó la vida... lamentándose tal vez de no haber sido capaz de protegerla lo suficiente”, dice parte de la misiva.

Añade que no encuentra palabras para explicar el dolor de ver “a un padre que sin entender por qué le arrebataron a su princesa intenta dar consuelo a la madre y contener su llanto”.

La fiscala Mirta Rivas imputó a nueve agentes de la Unidad de Reducción del Microtráfico de la Secretaría Nacional Antidrogas por lesión grave el domingo. Sin embargo, la pequeña falleció esta mañana, por lo cual la imputación podría cambiar de lesión grave a homicidio culposo, según los datos que se manejan en el Juzgado de J. Augusto Saldívar.

Los imputados son: Virgilio Amado Chávez Ortellado, jefe de la Unidad de Reducción del Microtráfico, y Luis Ángel Servián Rotela, director de Operaciones. Asimismo, los agentes Nicolás Fernando Cáceres Oviedo, Cristian Omar Morán Galeano, Miguel Antonio Chaparro, José del Rosario Sánchez, Ignacio Alcides Sosa, Emilio José Vall Sánchez y José Domingo López Orrego.