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El dirigente gremial recordó que existe el temor de que se vuelva a la crisis del 2015, cuando la cotización internacional de la soja cayó 35%, en relación al 2014.
Dijo que esa situación generó una grave crisis que obligó a gran parte de los productores a refinanciar sus deudas a largo plazo. “Nos estamos recuperándonos luego de cuatro años, con dos años de ajustes duros y el año pasado con una superproducción que permitió equilibrarse”, expresó.
Añadió que el horizonte para la campaña que viene es preocupante, puesto que de las tres variables que manejaban para definir resultados: precios, costos de producción y el clima, que puede afectar el rendimiento, hay dos que están dando “señales de alarma: la suba del precio del combustible y la pelea comercial sino-americana”.
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Sobre el punto, advirtió que están llegando a los niveles de precios del 2011, que fueron de US$ 320 la tonelada, que significaría para el productor menos de US$ 300 la tonelada en su finca, y que el productor esté “muy apretado” u obligado a un alto rendimiento para poder superar la coyuntura.
Comentó que el conflicto entre EE.UU y China comenzó con la aplicación de elevados aranceles aduaneros a la exportación de acero de país oriental, quienes, a su vez, castigan las exportaciones estadounidenses de productos agrícolas, entre ellos la soja, con 25% de impuestos, “y eso patea los precios en Estados Unidos”.
Agregó que el efecto sobre nuestra producción viene por el lado de que usa la Bolsa de Chicago como referencia para sus precios, y es donde cae el valor de los rubros agrícolas, sobre todo la soja, que es el “producto estrella” del Paraguay. Alertó asimismo que menores ingresos de divisas por exportación de soja, que podría superar US$ 400 millones, pude tener incidencia negativa también sobre el tipo de cambio del dólar.