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Diferentes personas leyeron las peticiones en un momento de la misa; una de ellas leyó una oración por Edelio: “Pedimos a Dios por su liberación y por el fin de los secuestros”, manifestó la joven, despertando inmediatamente los aplausos del público. Las cámaras enfocaron en ese momento al presidente Horacio Cartes, quien no aplaudió. En lugar de ello, estaba observando un folleto que tenía en las manos.
En esta instancia de la misa, también se oró por otros sectores vulnerables, presentes en los distintos discursos pronunciados por el papa Francisco desde que llegó al país. Se pidió por las familias, por todos los pueblos indígenas, por las personas con discapacidad, por los niños, por los jóvenes y por los gobiernos de los pueblos. Entre el público asistente se encontraban los familiares de Edelio Morínigo. Obdulia Florenciano y Apolonio Morínigo, los padres del secuestrado, así como su esposa Elisa Ledesma y otros familiares, estuvieron en la misa como invitados especiales.
Francisco conoce el caso de Edelio, ya que se refirió al respecto –aunque con evidente confusión– durante el evento de ayer por la tarde en el polideportivo de León Coundou, donde sostuvo una reunión con los representantes de la sociedad civil. En varios momentos del encuentro, los asistentes corearon el nombre de Edelio Morínigo. Uno de esos momentos fue cuando ingresó al lugar el Presidente. Al líder católico le pidieron ayer referirse a un caso de secuestro del que, según dijo, le hablaron a la entrada del estadio Leon Coundou. No recordaba de quién se trataba, menos aún detalles del caso, y mencionó que llegó a escuchar que se trataba de un secuestrado por el ejército.
El joven suboficial de 25 años está secuestrado desde hace más de un año por el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). La única prueba de vida data de octubre de 2014, cuando el secuestrado apareció en un video con Arlan Fick (17), quien también estuvo en cautiverio pero fue liberado el 25 de diciembre del año pasado.