Las dos agendas de Pérez Corradi

Nadie sabe cómo pero Ibar Pérez Corradi tenía dos agendas con anotaciones que entregó ayer durante su declaración ante la Fiscalía. En ella apuntó supuestos movimientos con la droga –con el árabe al que acusa- y terminó autoincriminándose.

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Muchos sospechan que intenta abrir una causa por narcotráfico en Paraguay para evitar ser extraditado a la Argentina.

Contradictorio y confuso, tal como es el caso desde el principio, así se mostró ayer Ibar Pérez Corradi en su declaración ante la Fiscalía. Mientras por un lado pedía a la Argentina que le garanticen que no guardará reclusión en una penitenciaría común y que den protección a su familia, por el otro lado prácticamente terminó incriminándose en tráfico de drogas también en Paraguay.

Un laboratorio y una producción funcionando en el mismísimo Paraná Country Club, en la casa alquilada a una mujer junto con un socio argentino, fue una de las llamativas confesiones que hizo el argentino. Se mostró casi como un químico responsable y productor de sustancias además de apuntar al empresario árabe José Khalife como su supuesto financista.

En medio de la declaración sacó una libretita en la cual leyó fechas, saldos y movimientos comerciales que supuestamente tenían con el árabe. También habría entregado pruebas de un giro por valor de USS 6.000, a través de un Courier, girados al chino Chun Chao Chen (prófugo) para compra de sustancias (precursores para fabricación de drogas).

Al final fueron dos agendas las que terminó entregando a la Fiscalía según datos a los que accedió nuestro diario. No entregó ningún soporte magnético ni computadora.

Entre otras cosas, Pérez Corradi habría entregado también copia del contrato que prueba que vivió casi un año en el Paraná Country Club. Según refirió, estuvo allí hasta que tuvo problemas con su socio argentino de apellido Rojas.

Pérez Corradi que ingresó como José Luis Fernández al Paraguay, narró que de Puerto Iguazú pasó a Foz de Yguazú y de allí al Paraguay e inmediatamente se instaló en el Country. Volvió a involucrar al árabe Khalife como la persona que le entregó unos 90.000 dólares para sobornar a los policías paraguayos que intentaron llevarlo preso.

“Que Argentina tome esto como ejemplo de que yo tengo pruebas siempre de todo lo que digo” habría dicho Pérez Corradi, quien pide a su país que le garanticen reclusión en una penitenciaría no común y programa de protección a testigos para su familia.

Fuentes consultadas por nuestro diario aseguran que intentar autoincriminarse en tráfico de drogas supuestamente realizado en el país es una táctica para que se le abra una causa por narcotráfico –además de la ya existente por adulteración de documentos públicos-.

Para el próximo jueves está prevista la llegada de la jueza argentina María Romilda Servini de Cubría, quien tomaría declaración a Pérez Corradi en el marco del triple crimen que se investiga en la Argentina vinculado a tráfico de drogas.

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