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“Así como resaltó la presidenta del Tribunal, son relatos macabros; no son hechos que de modo alguno uno pueda justificar, porque son expresiones muy alarmantes”, remarcó la fiscala sobre los mensajes entre ambos condenados a 40 años de cárcel. En ellos admitían el “placer” que les causaba matar.
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La fiscala incluso afirmó que, si bien únicamente especialistas podían determinar con exactitud si estos jóvenes podrían haberse constituido en asesinos seriales, por los mensajes no se descarta esta posibilidad. “En todo caso, existen profesionales idóneos para indicarlo, pero ellos sí expresaron su intención de cometer otros crímenes, utilizando otro tipo de armas, utilizar armas de fuego con silenciador, degollar a eventuales víctimas”, consideró.
Explicó que ambos condenados inicialmente se abstuvieron de declarar, pero luego cada uno asumió una postura distinta. Isaías admitió los mensajes y que hayan salido de su teléfono, mientras que Gissella dijo desconocer las conversaciones y que fue a la vivienda el día que se produjo el crimen como invitada.
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Finalmente, ambos condenados pidieron perdón e incluso la defensa de la mujer planteó un proceso abreviado, que implicaba un reconocimiento de los hechos, pero fue rechazado atendiendo los cargos de homicidio doloso.
Consultada sobre si en este tipo de casos se podría aplicar la pena de muerte si nuestra legislación la admitiera, la fiscala afirmó: “En este momento se pidió la pena máxima que establece nuestra legislación, y si tuviésemos hipotéticamente esa figura y si el caso amerita, uno como representante público debe de actuar en consecuencia".