Repudio a violencia, corrupción, aborto y gays

Durante la misa central de la festividad en Caacupé, el líder religioso se refirió a la corrupción en el Estado y la violencia, además del aborto y el matrimonio homosexual.

Giménez hizo hincapié en la defensa de la familia y citó como una de las amenazas la misma corrupción entre las autoridades.

“En Paraguay hay males que afectan a la familia y deben ser corregidos con suma urgencia, entre ellos el estado de corrupción”, manifestó.

Destacó la indignación de la ciudadanía desatada tras el blindaje -ya revertido- que los legisladores dieron a Víctor Bogado en el caso “niñera de oro”.

“Gracias a Dios, hay una indignación que surgió en varios sectores, pidiendo que se haga justicia. Eso genera resultados sorprendentes”, manifestó.

Reclamó, sin embargo, que esa misma reacción se traslade a otros ámbitos, como la violencia, que nuevamente esta madrugada se cobró la vida de un militar, durante un fallido operativo contra el EPP.

“Ojalá haya repudio del pueblo contra la violencia (…) La violencia en el Norte enluta y sigue enlutando familias”, manifestó.

Posteriormente, citó las drogas y el alcohol como factores desencadenantes en cuanto al nivel de violencia en el país.

Al volver sobre la corrupción en el Estado, Giménez lamentó que el Paraguay prácticamente encabece la lista de los más corruptos a nivel mundial.

“Duele muchísimo que estemos entre los países más corruptos. Cuándo será el día en que abandonemos esos lugares de desprestigio y vergüenza”, reclamó.

Pidió a la ciudadanía sacudirse y cambiar de mentalidad para “limpiar nuestra mala fama”.

Aseguró que “la Iglesia es la primera en reconocer los hechos acaecidos no solo aquí, sino a nivel mundial”.

El obispo de Caacupé nuevamente se despachó contra la unión entre homosexuales, a la cual se refirió como uno de los elementos que afectan a la familia.

“El matrimonio cristiano es la alianza entre un varón y una mujer. Eso está claro para nosotros, aunque quizás para una parte de la población no tanto”, sostuvo.

Señaló que la familia debe constituir una escuela de aprendizaje y virtudes. “Ahí nos fuimos humanizando y creciendo en espiritualidad”, refirió.

“La unión entre personas del mismo sexo afecta a la familia, oscurece la vida familiar, más si quieren adoptar un hijo, porque uno se pregunta quién será el papá y la mamá”, manifestó.

Reclamó al Estado hacer cumplir la Constitución y defender las familias cristianas.

“Valoramos la familia como propulsora del crecimiento integral de la persona humana. Esto deben tener en cuenta nuestras autoridades y lo que dice la Constitución y las leyes sobre la familia habría que ponerlo en práctica”, indicó.

Por otra parte, cuestionó el aborto y recordó que la Iglesia no cambiará de postura respecto a este tema.

“El aborto no se olvida. No es progresista resolver los problemas eliminando la vida humana”, señaló.

Posteriormente, se dirigió a los jóvenes, a quienes instó a no dejarse manipular y ser protagonistas de “una nueva historia”.

También reclamó un mejor presupuesto para el sector de la educación y cuestionó la contaminación ambiental. “Las generaciones actuales deben recibir una formación excelente”, sostuvo.

Giménez, igualmente, cuestionó los millonarios desembolsos del Estado a favor de los partidos políticos.

“Un gran porcentaje del presupuesto, muchísimo, se destina a los partidos políticos”, refirió.

Indicó que estas nucleaciones “deberían sobrevivir con el aporte de sus afiliados, como cualquier otra organización deportiva o religiosa”.

Por otra parte, monseñor Claudio Giménez se refirió a la familia como un “vivero de vocaciones sacerdotales”.

“No da abasto lo que existe (el número de sacerdotes). Hay que saber entregar al hijo y que los jóvenes, al sentir el llamado, sepan ser generosos y valientes y sepan responder, no tengan miedo”, manifestó.

A la misa central asistieron miles de peregrinos, que fueron llegando desde distintos puntos del país, además del presidente de la República, Horacio Cartes, y otras autoridades nacionales.