Los cauces hídricos continúan creciendo incesantemente mientras se acerca el mes de junio, que fue pronosticado como el punto de pico máximo para las riadas.
Específicamente en la capital del país, desde el pasado miércoles 23 de marzo se comenzó a notar un constante cambio.
El fenómeno se caracteriza principalmente por descensos paulatinos que repuntan en aumentos al día siguiente.
Según información proporcionada por la Prefectura Naval, el pasado miércoles 23, Miércoles Santo, se registró un descenso de cuatro centímetros en el Puerto de Asunción. Así, de 6,42 el cauce bajó a 6,38.
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El Jueves Santo, sin embargo, se registró un nuevo aumento de 2 centímetros, mientras que el Viernes 25, el río amaneció con 6,50 y subió 6 cm, alcanzando 6,56 cm.
En la jornada de este Sábado Santo, el cauce amaneció en 6,42 centímetros y se registró un nuevo descenso de 4 centímetros.
Aún quedan tres meses para la llegada del punto álgido de la crecida. Aunque el escenario en estos momentos no se muestra tan catastrófico como lo era en el mes de enero, las bajas temperaturas contribuyen a que el fenómeno se sienta más.
Numerosas familias ribereñas pasaron una Semana Santa difícil en los refugios, pues pese a no estar en las zonas inundables, las lluvias afectan la estructura de las precarias viviendas. Ribereños reclaman necesidades de víveres y materiales para guarecerse del frío.
Problema mayor enfrentan las más de 1000 familias que decidieron abandonar los refugios y regresar a sus hogares, pese a la advertencia de la Secretaría de Emergencia Nacional de no abandonar los sitios de albergue.
