“Secuestro” y la suerte de los criminales

Este artículo tiene 7 años de antigüedad
/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2394

La historia del supuesto secuestro de un niño ayer en Luque culminó con la incautación de teléfonos y dinero de dos extorsionadores recluidos en el penal de Emboscada. Está vez, la “suerte” jugó a favor de criminales con sucesos increíbles de por medio.

La historia del supuesto secuestro de un niño anoche en Luque culminó con la incautación de teléfonos y dinero de dos extorsionadores recluidos en el penal de Emboscada. Esta vez, la “suerte” jugó a favor de los criminales con sucesos de por medio increíbles.

En la celda de Carlos Alberto Chávez y Herme Ramón Poletti, ambos reclusos del Penal de Emboscada, se encontraron celulares y dinero presumiblemente fruto de la extorsión a una familia en Luque, donde los delincuentes hicieron creer a las víctimas que un menor habría sido secuestrado.

En la celda de Chávez se encontraron tres celulares, uno de ellos usado para el supuesto caso de secuestro que afectó a la familia Salinas Benítez en Luque, G. 1.062.000 y pendrives.

Se presume además que parte del dinero fue enviado al penal del Buen Pastor, donde se encuentra recluida la pareja de Chávez. El hombre es un conocido extorsionador preso desde hace 4 años y lideraba una banda que llegó a recaudar hasta G. 100 millones. En la celda de Poletti, por su parte, había un celular y G. 1.202.500.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

El caso de por sí es más llamativo que de costumbre, ya que la extorsión además tuvo un empujón de suerte para los delincuentes. Los extorsionadores primero llamaron “al azar” a la vivienda de la familia Salinas Benítez y atendió un menor de 12 años, a quienes solicitaron dinero y cosas de valor para supuestamente liberar a su madre que estaba secuestrada.

En medio de la ingenuidad y la desesperación, el niño tomó lo que tenía a mano y salió solo de la vivienda a buscar un lugar para cumplir la exigencia de los secuestradores. El infortunio fue tal que el menor fue interceptado por motoasaltantes en las calles de Luque, que le terminaron robando los objetos de valor que llevaba consigo.

En ese ínterin, los extorsionadores llamaron de vuelta a la vivienda y contactaron con el padre, a quien dijeron que fue su hijo el que estaba secuestrado. La coincidencia de que el menor no regresaba a casa y que habría atendido llorando el teléfono antes de ser asaltado por los motoasaltantes hizo que el padre de familia pagara vía giros la suma de G. 5.000.000 a dos números.

De esta manera, los delincuentes efectivizaron el dinero en el propio penal, el cual fue recuperado ahora en parte. Inicialmente, habían exigido la suma de US$ 5.000.