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“Creo que fue una decisión saludable para la República (la renuncia de Ibáñez). Yo no quiero hacer leña del árbol caído. Él decidió, la renuncia es una decisión voluntaria y él apeló a esa decisión”, expresó Ovelar en relación al diputado Ibáñez, cuya renuncia, casi con toda seguridad, se aceptará mañana en la Cámara de Diputados.
Consultado sobre por qué otros legisladores “blindaron” a Ibáñez cuando se trató su pérdida de investidura la semana pasada con más de 40 abstenciones, expresó que “las decisiones éticas se subordinan a las decisiones políticas en el sentido de que muchas veces los bloques o las corporaciones tienen mucha fuerza y probablemente muchos de sus colegas habrán creído conveniente actuar de la forma en que lo hicieron”.
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Sobre la posibilidad de que otros legisladores sean sometidos al proceso de pérdida de investidura, señaló que él no quiere “prejuzgar”, porque “en público se dice una cosa y en privado se hace otra. Creo que hoy tenemos un nuevo escenario, una nueva configuración política. En una sociedad superinformada, el público debe entender bien en qué escenario se está manejando”, agregó.
Ovelar, quien fue pillado comprando votos en 2013, abogó por los dos tercios de los votos de las Cámaras para que un legislador pierda la investidura. “Es absolutamente contradictorio que para una sanción de dos meses se necesiten dos tercios y para el desafuero se necesiten dos tercios y que para un juicio político se necesita solo de una mayoría”, dijo. De hecho, el artículo 201 ya reglamentó que sean dos tercios y no solo mayoría simple los votos que se necesitan para que un diputado o senador pierda la investidura.
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“Cuando ocurren hechos fuertes en donde existe fuerza ciudadana y fuerza mediática, los dos tercios se van a dar sin ningún tipo de dudas”, expresó.
El diputado José María Ibáñez renunció ayer tras la presión ciudadana que se intensificó desde el pasado miércoles, cuando sus colegas lo “salvaron”. El hecho se produjo antes de una gran movilización en el microcentro de la capital.