“Vimos cómo entraba el agua”, relató pasajero

Una frenada brusca en la madrugada de este sábado despertó a Marcelo Cardozo, de 30 años, quien era uno de los 50 pasajeros que viajaban a bordo del bus de transporte público de larga distancia de la empresa “Canindeyú”, que partió a las 23:00 de ayer viernes de la ciudad de Salto de Guairá, con destino a Asunción.

“Sentimos la frenada y el golpe fuerte. Lo primero que pensamos es que chocamos contra una vaca”, relató Cardozo, en conversación con ABC Color. Sin embargo, fue extraña la posición en la que quedó el vehículo. “No entendíamos lo que pasaba”, acotó.

Dijo que los pasajeros empezaron a indagar, en medio de la oscuridad y la intensa lluvia, qué había pasado. “Vimos por las ventanas cómo el agua empezaba a carcomer la tierra. Vimos cómo el agua empezaba a entrar por la parte de la cabina de los conductores”, añadió, para decir que en ese momento empezó a reinar el pánico, especialmente entre las mujeres que tenían a sus hijos con ellas.

“Rompan las ventanillas para salir”, fue el grito que escuchó del conductor, atendiendo el fuerte raudal que amenazaba con llevarse el bus. “Eso hicimos. Imaginate el pánico que hubo. Cuando rompimos las ventanillas, todo el mundo quería salir, había entre 10 a 12 niños. Llovía muy fuerte, no paraba de llover”, insistió el conductor en su relato.

Tan rápido como pudieron, los casi 50 pasajeros que reporta la Policía Nacional había en el bus salieron del vehículo. “20 minutos después vimos cómo el camión cayó totalmente en la barranca. El raudal era muy fuerte”, puntualizó.

Ya en un momento de más calma, el conductor del bus, Édgar Villalba, comentó a los pasajeros lo que sucedió. En su relato, manifestó que a las 03:30 aproximadamente venía a una velocidad no alta por la intensa lluvia, y que a la altura del kilómetro 231 de la ruta III “General Aquino”, entre los cruces Tacuara y 6.000, la unidad de transporte público se cruzó con otro camión, y que segundos después divisó frente a él que una parte del tramo había desaparecido.

“El chofer realmente intentó esquivar, frenó de golpe, pero ya no pudo evitar caer. Gracias a que hizo eso el bus quedó colgando”, aseguró Cardozo, para resaltar que la maniobra del conductor permitió que éste no cayera de manera más brusca en el profundo barranco. “Afortunadamente no hubo heridos”, destacó el pasajero.

El 10 de diciembre pasado un pedazo de la Ruta III, entre el kilómetro 383 y 389, prácticamente desapareció. El arroyo Guaireño se había desbordado y arrastró en pedazos la capa asfáltica y la tierra debajo de la arteria.