La ciudad “azul y oro” se convirtió en tierra de nadie ante la descontrolada ola de invasiones que se registran desde enero del 2018, según los datos.
Los ocupante ilegales de tierras ya desforestaron más cincuenta hectáreas pertenecientes a propiedades públicas y privadas. Los pobladores antiguos de las comunidades en cuestión tienen totalmente identificados a cada uno de “los líderes” que acarrean familias enteras para invadir los lotes, pero a pesar de ello, no existen imputaciones entre otras intervenciones.
Casos recientes
Uno de los casos más recientes tuvo lugar el fin de semana en la cuarta compañía Cañada San Rafael, donde unas 300 familias invadieron decenas de hectáreas privadas tras llegar hasta el lugar en motocicletas, autos y camionetas, munidos de machetes, palas y desmalezadoras para “la limpieza” de los terrenos, además de alambres para cercar. La mayoría de las personas fueron identificadas por los vecinos, que aseguran que los ocupantes son “unos oportunistas”, porque son de la misma comunidad y ya cuentan con casas propias en los alrededores.
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Otra situación similar se registró en la compañía Itapuamí en abril pasado, donde unas 40 familias ocuparon una plaza municipal, derribaron árboles y destruyeron todo lo que tenían al paso. También generan otros tipos de conflictos para los pobladores antiguos de la zona, ya que los ilegales realizan conexiones clandestinas de agua y energía eléctrica. En este caso, la asesoría de la Municipalidad de Luque ya cuenta con un pedido de desalojo “de carácter urgente” firmado por el intendente cartista Carlos Echeverría hace casi dos meses, sin embargo, aun no fue ejecutada.
Nadie habla
En reiteradas ocasiones intentamos comunicarnos con la intendencia de la Comuna de Luque, así como con las direcciones de Catastro, Asesoría y Territorio Social para obtener detalles de cuántos asentamientos están registrados en esta ciudad y cuáles son las acciones que realizan al respecto para evitar las invasiones, pero nadie atendió las llamadas.
Mientras, otras familias de las compañías Cañada San Rafael, Costa Sosa e Isla Bogado están siendo amenazadas con invasiones.
