De acuerdo con el informe de comercio exterior de la Capeco, Turquía y Rusia siguen consolidándose como mercados importantes de la soja paraguaya, comprando juntos el 26% del total de los granos que nuestro país envía a distintos mercados.
Agrega que si bien ambos países compradores de soja se ubican en el tercer y cuarto lugar del ranking, destaca que representan canales seguros de comercialización de la oleaginosa nacional en la actualidad.
La asesora de comercio exterior de la Capeco, Sonia Tomassone, dijo que Argentina se volvió a posicionar como principal destino de la soja paraguaya, sobrepasando a la Unión Europea por un poco más de 70.000 toneladas, aunque aún están pendientes embarques del grano a Europa.
Argentina tiene una participación de 25%, seguido de la Unión Europea, 24%; Turquía y Rusia, 13%, Brasil, 4%; Israel, 3%; Corea del Sur, México y Perú, con 2%, y otros destinos, 9%. Entre estos aparecen destinos mercados como Egipto, Arabia Saudita, Líbano, Malasia, Chile, Venezuela, Senegal, Estados Unidos, Tailandia, Bangladesh, Vietnam, Angola, Indonesia y Japón.
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La soja paraguaya ha tenido este año un desalijo de 16,9% superior en relación al periodo de enero a noviembre del 2016.
Informe de Cappro
Por su parte, la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), en su informe del mes de noviembre refiere que la molienda de oleaginosas alcanzó un volumen total de 3.490.878 toneladas, lo que representa una caída del 4,3% en comparación al año pasado.
Señala que la soja representa la gran mayoría de ese valor, llegando en noviembre a 3.462.926 toneladas de procesamiento en el año, 3,6% menos que en el periodo de 2016.
Expresa que el complejo soja mantiene su preponderancia dentro del comercio exterior del país, ubicándose como una importante fuente de ingresos de divisas. Al cierre de noviembre, ingresaron US$ 3.204 millones, lo que representa el 40% de toda la facturación por exportaciones del país.
En sus comentarios finales habla el informe de los muchos desafíos para el sector agroindustrial local y que eso no depende exclusivamente de su propio desempeño, sino que su actividad y éxito están condicionados a la existencia o no de políticas de Estado que contrarresten las medidas que actualmente existen y que generan incentivos para la exportación de granos en estado natural y los planes industriales de otros países que apuntan a fortalecer sus industrias y las hacen más competitivas.