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LUQUE. (Arnaldo Espínola, corresponsal).La abogada María Verónica Antonella Gariazu Escobar trabajaba durante la mañana en el Palacio de Justicia de Luque y en horas de la tarde en el estudio jurídico “Abocatus” perteneciente a Rodrigo Blanco, hijo del ministro de la Corte Sindulfo Blanco. En dicha oficina trabajaba junto a la profesional Ninfa Morales (28), quien fue una de las últimas personas que estuvo en compañía de la víctima, el viernes pasado.
Morales relató que ese día almorzó con la funcionaria en su casa ubicada en el barrio Julio Correa de Luque, y luego, alrededor de las 13:30, Gariazu salió del lugar con destino a la oficina del doctor Blanco. Sin embargo, a las 15:30, Morales recibió un mensaje en su celular, en el que la abogada le pidió que le guardara unas botellas de vino y que más tarde pasaría a buscarlas.
La mujer también relató que a las 18:30 llamó nuevamente a la víctima debido a que tenían que asistir juntas a una reunión política, pero esta ya no le contestó. Sin embargo, fuentes del Poder Judicial de Luque confirmaron que Gariazu salió de su lugar de trabajo a las 13:00, por lo que nunca pudo estar en la casa de Morales al mediodía, dijeron. Igualmente se pudo confirmar que Gariazu salió del estudio jurídico “Abocatus” poco después de las 16:00 del viernes, tras atender una llamada telefónica.
El cuerpo de la funcionaria fue encontrado en la mañana del sábado último en el interior del auto de su pareja Diego Coronel, estacionado en el límite entre las compañías Maramburé y Yuquyry, de Luque.
El cadáver estaba acostado en el asiento del conductor y presentaba tres impactos de bala, uno en la cabeza, otro en el cuello y el último en el tórax, todos del lado derecho. El arma que se usó en el crimen fue un revólver calibre 32, según los agentes.
Ahora los investigadores analizan cruce de llamadas y videos de algunas estaciones de servicio de la zona para identificar a las últimas personas que estuvieron en contacto con la víctima, antes de ser asesinada.
Critican a agentes
Por su parte, José Nacimiento Pecci, padrastro de la víctima, cuestionó la actuación de la fiscala del caso, Zully Figueredo, y del perito de Criminalística Juan Medina.
Según Pecci, el perito abrió el auto y manipuló todas las evidencias sin que la agente fiscal estuviera presente. Ese hecho generó las sospechas de los familiares, quienes trataron de inútil a la agente fiscal.