El fundamento de lo humano

El pueblo paraguayo se ha caracterizado siempre por su calidad humana, su amabilidad, hospitalidad y solidaridad. En las dos últimas décadas, han aparecido grupos sociales y políticos gravemente deshumanizados: mayor violencia adolescente y juvenil, hasta con bullying en las instituciones educativas; se disparó la delincuencia y criminalidad hasta la locura de matar para robar bolsos y celulares; se legisla el feminicidio ante el alarmante crecimiento de crímenes y violencia doméstica contra las mujeres; aumenta el número de sicarios instalados con propia organización en la mismísima Asunción; las cárceles sobresaturadas de presos; venta de drogas sostenida por el narcotráfico infiltrado en los Poderes del Estado con narcopolíticos, destruyendo progresiva y criminalmente a niños, adolescentes y jóvenes; terrorismo que cobra impuestos, asesina a inocentes y mantiene secuestrados a ciudadanos trabajadores, privándoles de todos los derechos, destruyéndoles sus vidas y las de sus familias; políticos presuntamente dedicados a representar y promover los intereses del pueblo, que abusan del poder para enriquecerse robándole al pueblo…

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Hay demasiados síntomas de deshumanización en ciertos sectores significativos de nuestra sociedad. ¿Será que no les importa el desmoronamiento social, moral y político de nuestra nación? ¿Será que no son conscientes de que por la ruta que están caminando, el futuro de todos y el que les espera a ellos mismos, a sus hijos y nietos es vivir en la “cultura de la muerte”, que están instalando?

Fundamento es una palabra que hemos heredado del latín. Su análisis etimológico nos da dos componentes: un sustantivo: “fundus”, y un sufijo: “mento”. Fundus significa base o fondo; mento significa medio o instrumento. Fundamento quiere decir la base, el origen de una cosa, de una realidad, el principio básico en el que se asienta y se construye una realidad. ¿Cuál es el principio básico en el que se construye, se desarrolla lo humano? ¿En qué nos apoyamos, desde dónde se origina el llegar a ser humanos? ¿Cómo, con qué principio se desarrolla la calidad humana?

Cuando hay fuertes indicios de pérdida de calidad humana, la pregunta y, sobre todo, la respuesta son muy importantes, si es que estamos realmente interesados y comprometidos en la construcción de una sociedad y convivencia de calidad humana, que esté lejos y muy por encima de la cultura de la muerte. Lo humano empieza en los cimientos del amor. Llegamos a la vida como seres humanos por el amor de la pareja, del matrimonio. Cuanto más generoso y perfecto sea el amor de la pareja mejor es nuestra gestación, nuestro nacimiento, nuestra educación y maduración humanas El amor de la madre nos humaniza, porque dándonos amor nos enseña a amar y a superar el radical egoísmo con que nacemos. La primera fragua de humanización es la crianza, que logra su objetivo en la medida en que está encendido el amor de la madre, del padre y de toda la familia en el hogar.

Las inevitables y necesarias crisis de la adolescencia son fecundas de humanidad en la medida en que los adolescentes son comprendidos, apoyados, acompañados con las sabidurías del amor. Nos hayamos y realizamos en la convivencia social en la medida en que entramos en ella desde la seguridad que nos da nuestra experiencia familiar de haber sido amados y de amar y demostramos la capacidad de amar y generar climas de múltiples formas de amar en la sociedad: familiaridad, respeto, estima, compañerismo, amistad, admiración, empatía, solidaridad, comprensión afectiva, enamoramiento, etc. La calidad humana tiene su cimiento en el amor y se desarrolla nutriendo la vida toda de las bellezas, grandezas y fecundidades del amor. El egoísmo y el odio son la dinamita que mina a la persona y desintegra la convivencia humana y a la sociedad.

Para quienes creemos lo que Jesucristo ha revelado, el fundamento de lo humano también es el amor. El principio más profundo de lo humano está en Dios, en quien se funda nuestra existencia, creándonos, haciendo posible nuestra gestación para ser engendrados “a su imagen y semejanza” (Gén 1,26). Ser imagen de Dios, ser humanos es ser imagen del amor, porque Dios es Amor. En el proyecto de humanidad de Cristo, la ley fundamental de realización personal y convivencia es el amor.

jmonterotirado@gmail.com

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